Poesía: Las flores que caminan [Esp-Eng]

Fue como el aleteo de una mariposa. Una suave brisa desde el norte que es capaz de purificar hasta el más homicida de los pensamientos. Sutil como el roce de la seda, profundo como una herida abierta. Alto en lo más desconcertante del fuego, ardiendo sin control, consumiéndolo todo a su paso, a su antojo, un capricho costoso. La curiosidad me guio hasta el abismo y en tus brazos dulces caí sin algún tipo de freno.

Tan simple como una coincidencia y tan certero como una flecha dando en el centro de la diana, en mi corazón se ha marcado un antes y un después. Dispuesto a creer hasta en las más infantiles de las mentiras. Amoldado a un paradigma que me arrastre por los pies hasta el océano de tu estruendoso poder y brillo. Besando cada milagro que me lleve a ti, me siento como atrapadoy algo confundido.

Cual flor envuelta en almíbar y como una página marcada de un libro de poesía, he comenzado a creer en los cuentos de hadas. Eres ahora y siempre la música de jazz que suena de fondo, y el agua de manantial que me alivia mi sed. Ojos capaces de escudriñar hasta las células sin regenerar. Una conexión y me he elevado hasta la plenitud de un sueño escarchado, permitiéndome soñar.

Y los fuegos artificiales juegan a tu favor. Con los dedos cruzados como un niño en edad escolar, pido a los ángeles del amor que en este lugar desolado consiga un sorbo de tu corazón. Absorbido por los pétalos de tu jardín, abducido por la luz que no puedes contener. Aquí donde me ves, soy solo un chico ahogado en tu exquisito oasis y calor.

Implorando en silencio que si es un sueño, jamás quisiera estar despierto. Sentado en una esquina como un bardo narrando rítmicamente los acontecimientos, tu sonrisa es descubierta por un vago en un simple atuendo, pero tu influencia irradia a distancia la energía poderosa con la que están hechas las hadas como tú. Vista desde colina abajo, anhelo en un segundo y un sueño imponente que jura quedarse por siempre.

Frágil como las alas de una mariposa, contundente como la gravedad que me regresa al suelo y a mi realidad sin piedad. He visto pasar un poema en tacones, en sus mejillas tenía un hermoso rubor y seguramente un delicioso labial. Tan crudo como una ilusión, tan efímero como una nube en forma de flor. El amor a primera vista se extingue pronto y si llegara a durar podría convertirse en uno platónico.

Sentencias escritas por historias de desamor, solo soy un corazón hambriento de una canción. Por besar tu frente y protegerte de las crueldades del mundo real, sería tu verdugo y tu guardián. Pero eso solo son cartas al aire, quemadas con incienso de silencio y sensatez que muchos debemos abrazar con timidez.

He aquí el final de mi vista hacia tu invernadero de cristal. Fue solo un instante y un pensamiento que no pude evitar, pero mi corazón se derrite con mucha facilidad. Adiós, lucero que por un minuto me trajo un paraíso lleno de paz. Hundido en los encantos de muchas flores, muero en silencio sin que jamás me den la oportunidad de cultivarlas con el amor que estoy dispuesto a dar. Seguiré observando en silencio desde mi floristería de la que soy el dueño, a una orquídea que quiera, tal vez, un día a algún jardinero.

It was like the fluttering of a butterfly. A gentle breeze from the north that is able to purify even the most murderous of thoughts. Subtle as the touch of silk, deep as an open wound. High in the most disconcerting of fires, burning uncontrollably, consuming everything in its path, at its whim, a costly whim. Curiosity led me into the abyss and into your sweet arms I fell without any restraint.

As simple as a coincidence and as accurate as an arrow hitting the bull's eye, a before and after has been marked in my heart. Willing to believe even in the most childish of lies. Molded to a paradigm that drags me by my feet to the ocean of your thunderous power and brilliance. Kissing every miracle that leads me to you, I feel trapped and somewhat confused.

Like a flower wrapped in syrup and like a marked page in a book of poetry, I have begun to believe in fairy tales. You are now and always the jazz music that plays in the background, and the spring water that quenches my thirst. Eyes capable of scanning even unregenerate cells. One connection and I have risen to the fullness of a frosted dream, allowing myself to dream.

And fireworks play in your favor. Fingers crossed like a school child, I pray to the angels of love that in this desolate place I get a sip of your heart. Absorbed by the petals of your garden, abducted by the light you can't contain. Here where you see me, I'm just a boy drowned in your exquisite oasis and warmth.

Silently pleading that if it's a dream, I'd never want to be awake. Sitting in a corner like a bard rhythmically narrating events, your smile is discovered by a bum in simple attire, but your influence radiates from a distance the powerful energy fairies like you are made of. Seen from down hill, longing in a second and a towering dream that vows to stay forever.

Fragile as the wings of a butterfly, forceful as gravity that returns me to the ground and my reality without mercy. I've seen a poem pass by in heels, on her cheeks she had a beautiful blush and surely a delicious lipstick. As raw as an illusion, as ephemeral as a flower-shaped cloud. Love at first sight is soon extinguished and if it were to last it could become a platonic one.

Sentences written by stories of heartbreak, I'm just a heart hungry for a song. To kiss your forehead and protect you from the cruelties of the real world, I'd be your executioner and your guardian. But these are only letters in the air, burned with incense of silence and sanity that many of us must embrace with shyness.

Here is the end of my view of your glass greenhouse. It was only an instant and a thought I could not avoid, but my heart melts so easily. Farewell, star that for a minute brought me a paradise full of peace. Sinking in the charms of many flowers, I die in silence without ever being given the chance to cultivate them with the love I am willing to give. I will continue to watch in silence from my flower shop of which I am the owner, to an orchid that will love, perhaps, one day some gardener.