Érase una vez una Cachapa. No era el tipo de Cachapa habitual; esta tenía muchas opiniones firmes y no dudaba en darlas a conocer. Se autodenominaba "de autor" en nuestro restaurante y se consideraba toda una diva.
Esta Cachapa en particular había pedido que la cocinaran a fuego medio, lo que significaba que la plancha no podía estar muy caliente para que su permanencia en ella fuera un poco más larga de lo habitual y así no quedar cruda en su corazón, ni tampoco quedar con su piel quemada; la apariencia era muy importante para ella.
Antes de que la negra Ramona la colocara en la plancha, le exigió que llamara a la señora Queso de Mano, esa era su amiga inseparable para salir al escenario.
Ramona, le dijo que se tranquilizara, que la señora de Mano, ya había llegado en su lujoso cuñete junto con su prima Telita y la señora Queso de Búfala.
-Cuando usted esté lista, ella también los estará. –Afirmo Ramona.
Cachapa, quedó tranquila y se dejó colocar sobre la plancha, allí fue masajeada por el calor y se sintió realizada; bella.
Una vez que la Cachapa estuvo lista, pidió que la preparan para su show en un plato hermoso y que la trasladaran a la mesa cuál majestad en su carruaje.
Justo cuando el señor José, uno de los mesoneros del restaurante la fue a llevar, Cachapa preguntó a toda voz:
-¿Dónde está mi pareja, mi coprotagonista en el escenario, mi señor Cochino?
Todos quedaron sorprendidos porque se habían olvidado del señor Cochino Frito. De inmediato se procedió a su búsqueda y se encontraron con una sorpresa. El señor Cochino estaba como siempre, con el desorden, brincando en el sartén junto con el aceite.
Cuando ya todos estaban reunidos en la bandeja del señor José, partieron para el escenario que era la mesa del cliente que ya daba muestras de impaciencia.
El señor José colocó los platos en la mesa y allí hicieron su acto la Cachapa con la señora Queso de Mano, la Mantequilla y el infaltable señor Cochino Frito.
El público (el cliente) no se cohibió, tomo los cubiertos y comenzó a degustar mientras el señor José iba en búsqueda de una fría.
Cuando el señor José vuelve con la cerveza, le pregunta al cliente:
-¿Qué tal le parece esa señora Cachapa?
El cliente respondió:
-Muy buena, pero ¿tendrás por allí una salsa de tomate?
A partir de ese momento la Cachapa se desapareció, más nunca la volvieron a ver.
Una Cachapa que se respete, jamás se deja echar…
…Salsa de tomate.
Mi participación para el El ejercicio Literario de la semana Cocinando poesía.
Contenido original, prohibida la reproducción total o parcial bajo cualquier forma.
Contenido original creado por @germanandradeg para Hive.
Todos los Derechos Reservados.
© Copyright 2023 Germán Andrade G.
Once upon a time there was a Cachapa. She was not the usual type of Cachapa; this one had many strong opinions and did not hesitate to make them known. She called herself "author's" in our restaurant and considered herself a diva.
This particular Cachapa had asked to be cooked over medium heat, which meant that the griddle could not be too hot so that it would stay on the griddle a little longer than usual so that it would not be raw at its heart, nor would its skin be burned; appearance was very important to her.
Before Mrs. Ramona put her on the plancha, she demanded that she call Mrs. Queso de Mano (Hand Cheese), that was her inseparable friend to go on stage.
Ramona told him to calm down, that Mrs. de Mano had already arrived in her luxurious Bucket along with her cousin Telita and Mrs. Queso de Búfala (Buffalo Cheese).
-When you are ready, she will be too. -Ramona affirmed.
Cachapa was calm and let herself be placed on the iron, there she was massaged by the heat and felt fulfilled; beautiful.
Once the Cachapa was ready, she asked to be prepared for her show on a beautiful plate and to be transferred to the table like majesty in her carriage.
Just as Mr. José, one of the restaurant's waiters, went to take her away, Cachapa asked loudly:
Where is my partner, my co-star on stage, my Mr. Cochino?
Everyone was surprised because they had forgotten about Mr. Cochino Frito (Fried Pork). They immediately proceeded to look for him and were met with a surprise. Mr. Cochino was as usual with the mess, jumping in the pan along with the oil.
When they were all gathered at Mr. José's tray, they left for the stage, which was at the customer's table, who was already showing signs of impatience.
Mr. José placed the plates on the table and there the Cachapa with Mrs. Queso de Mano, the Mantequilla, and the infallible Mr. Cochino Frito did their act.
The public (the customer) did not shy away, took the cutlery, and began to taste it while Mr. José went in search of a cold one.
When Mr. José returns with the beer, he asks the customer:
-How do you like that Cachapa lady?
The customer responded:
-Very good, but do you have any tomato sauce?
From that moment on, Cachapa disappeared and was never seen again.
A self-respecting Cachapa never lets herself be thrown...
...Tomato sauce.
My entry for The Literary Exercise of the Week Cooking up Poetry.
Original content, total or partial reproduction in any form is prohibited.
Original content created by @germanandradeg for Hive.
All rights reserved.
© Copyright 2023 Germán Andrade G.
Todas las imágenes son de mi propiedad y fueron procesadas con CANVA.
All images are my property and were processed with CANVA.