Reto Hispaliterario 5 - Un Tigre de Visita en el Ovni

Oilegor y Sandrex revisan y chequean una serie de controles, botones y perillas de un amplio y sofisticado tablero repleto de instrumentos, pantallas y visores de diferentes tipos y tamaños. Después de varios ajustes, se miran uno al otro, asienten con un indudable gesto afirmativo y presionan un gran botón de color rosa. Las diferentes pantallas comienzan a mover líneas de diversos gráficos, mientras las agujas y visores de otros aparatos muestran diferentes lecturas. Transcurridos unos breves segundos, se escucha un fuerte ruido como el zumbido de una veloz bala y en un recinto muy iluminado y de gran amplitud, ubicado al lado derecho de la sala de controles, de la nada, aparece un enorme camión amarillo, cubierto de muchas luces de colores.

Sorprendidos, los dos seres alienígenas que ocupan sus posiciones en el interior de una moderna y extraña nave espacial, ubicada en una órbita baja del planeta tierra y ocultos a la vista de cualquier curioso espectador, se miran de nuevo y Oilegor exclama:

— ¡Fallamos de nuevo! ¡Regrésalo!

Inmediatamente, su compañero procede a pulsar un pequeño botón azul y con un nuevo pitido, acompañado de una ráfaga de viento, así como apareció el camión, desaparece del recinto destinado a recibir los especímenes que recolectan en La Tierra, a través de su potente y muy adelantado rayo abductor.

—¿Qué estamos haciendo mal?— se pregunta Sandrex, observando con atención las lecturas y mediciones de los controles. Su compañero toma de un pequeño estante, un objeto parecido a un gran libro, desplaza sus enormes y largos dedos por lo que parece ser una pantalla y mira con atención la serie de caracteres y figuras que van apareciendo. Después de un rato de observar el extraño objeto, le dice a su amigo:

— Aquí dice que debemos ajustar las medidas de lo que queremos recolectar, según su color, tamaño y densidad, e indicando otros atributos para que el rayo se adapte y pueda apuntar correctamente, ¿estás seguro de lo que colocaste? — pregunta a su amigo, que lo observa detenidamente.

— Yo no quería venir a esta misión,— responde Sandrex con un tono de frustración— aún no estamos lo suficientemente preparados para adentrarnos a explorar este planeta tan extraño,— continúa mientras revisa los parámetros que coloco en los controles.— Aquí están: amarillo, grande, ligeramente denso y con algunos tonos negros para evitar recoger uno verde,— mostrando lo que parece ser un plátano maduro en una pequeña pantalla verdosa.

Oilegor observa con detenimiento la figura en la pantalla, esboza una ligera sonrisa y le dice a su amigo:

— Eso no se parece en nada a lo que llego. Quizás debemos indicar más atributos para que el rayo sea más preciso— comenta Oilegor revisando de nuevo su enorme libro extraterrestre.

— Si pudiéramos hacer que el rayo simplemente busque lo que muestra la imagen, seria más fácil— suspira Sandrex.

— Pero así no funciona este rayo, no sé cuando piensan mejorar este aparato— contesta su amigo algo contrariado— Vamos a colocar que sea entre amarillo y anaranjado, que también tenga algo de marrón y negro— continúa mientras ajusta unas perillas.

— También que sea diez veces más pequeño— afirma Sandrex.

— Correcto, y que no sea tan denso, más bien fluido y ágil. Además, para definir los colores, voy a colocar que sea de rayas y además le agregaré que también tenga blanco— le secunda su amigo mientras ambos pulsan y ajustan diferentes controles.

— ¿Y si le colocamos que tenga patas? Porque lo de la imagen parece que le faltan y no creo que se pueda sostener— interroga Sandrex.

— Me parece bien y ademas, vamos a dirigir el rayo hacia la zona boscosa, llena de plantas, me parece un ambiente mas ideal para encontrar esta cosa.

— Buena idea— responde Sandrex y al instante, mueve una gran perilla, lo que hace que la nave se desplace rápidamente hacia la gran zona boscosa que tienen marcada en la figura del planeta en sus pantallas. Después de confirmar las especificaciones en sus aparatos, pulsan el botón rosa y de nuevo, el gran zumbido se repite en el recinto, pero esta vez solo ven aparecer lo que parece humo o neblina. Esperan por un momento a que se disipe el humo y se acercan para ver lo que han logrado capturar con su rayo. De pronto, del denso humo del recinto, salta un inmenso tigre con sus característicos colores de rayas y comienza a perseguir a los incautos extraterrestres, para tratar de devorarlos sin remordimiento.

Desde entonces, la moderna y extraña nave espacial de Oilegor y Sandrex, vaga por los cielos del planeta Tierra y aún no se sabe si los mismos fueron devorados por el tigre o aun continúan huyendo del hambriento animal.