Escribiendo entre Poetas y Letras / Nada es lo que parece

Queridos amigos Poetas, reciban mis más sinceras felicitaciones en tan especial día, celebremos juntos tener la posibilidad de darle forma a nuestros pensamientos a través del arte poético, contando con los magníficos espacios de Writing Club y sus iniciativas en las que tanto me gusta participar.

Imagen de Anastacia Cooper en Pixabay

ESPAÑOL

Nada es lo que parece

Lucrecia es una niña mimada y prepotente, pero de gran belleza, nacida en cuna de oro, como se diría popularmente. La inmensa fortuna de su familia, le ha garantizado una vida llena de lujos y placeres con los que la gente común ni siquiera serían capaces de soñar, se comenta en las calles que ella es una de las personas más felices de la sociedad en la lejana ciudad italiana de Florencia, donde vive con su anciano padre.

El viejo es un militar retirado de muy mal carácter, el cual no es especialmente resaltante por sus méritos en guerra, sino más bien por lo ambicioso que se ha convertido con los años, pasando de ser un ejemplo de heroísmo, a un déspota que solamente se esfuerza por demostrar con lujos el poder económico que posee, como legado de su decadente familia la cual se adueñó de estas tierras en tiempos lejanos a su propia existencia, actualmente es el ocupante junto a su hija del Palacio Medici Riccardi, la majestuosa construcción que engalana a este lugar del mundo, por la gran concentración de obras de arte que posee.

La tarde de este sábado, Lucrecia decidió pasear junto a sus primas por los jardines que rodean la magnífica infraestructura, en tanto buscaban un sitio fresco para leer algunos poemas de Ludovico, que el párroco de la iglesia les trajo como obsequio después de su reciente viaje a Roma.

El calor del verano apretaba con fuerza antes del atardecer, haciendo sonrojar la fina piel pálida de la musa de porcelana, apodo con el que se le conocía coloquialmente a la heredera de la fortuna Medici, no solo por las bellas características de su rostro alargado de finos rasgos nobles y nariz prominente, adornado por dos bellos ojos verdes que se disimulaban entre los rizos rojizos, que dejaba caer a propósito del elaborado peinado que coronaba sobre su cabeza, adornando con una gracia divina la sonrisa resplandeciente que mostraba a consecuentemente a todos.

Ese atardecer fue diferente a lo acostumbrado, mientras las niñas recitaban en voz alta las maravillas de la composición del poeta, Lucrecia, se perdió en la inmensidad del cielo naranja por unos minutos, volando en pensamientos, añorando la libertad como un pájaro en una jaula de oro, en ese momento, su mirada esquiva se posicionó sobre una ventana polvorienta de un edificio cercano, a la cual apenas podía detallar entre las rejas del palacio.

El ángulo de visión era suficiente para observar a un misterioso hombre de cabello negro que se encontraba escribiendo en un escritorio, por el cual se sintió atraída de inmediato en la soledad de sus pensamientos sin tener alguna explicación plausible, más que los latidos de su corazón exaltado, teniendo a penas la oportunidad de preguntar a sus primas que funcionaba en esa residencia para no levantar ningún tipo de sospecha de su verdadero interés, a lo cual le respondieron que era la sede de las oficinas del episcopado, cosa que la desanimó profundamente deduciendo que seguramente era algún cura.

Foto de KoolShootersVentana Png wing

La noche siguiente, la casa Medici se vistió de gala para dar cabida a una esplendorosa fiesta con motivo de la primavera, una reunión que aglomeraba a lo más sublime de la alta sociedad. Lucrecia asistió al evento de brazos de su padre, quien rápidamente se deshizo de ella dejándola con las jóvenes de su edad, en tanto él se dedicaba a entablar fructíferas charlas de negocio. Repentinamente, se hizo una pausa en la música, todas las miradas apuntaron hacia centro del salón, mientras un grupo de malabaristas hacían acto de presencia instalando improvisadamente una tarima casi que por arte de magia, los invitados aplaudían con sorpresa en tanto se colocaban en círculo rodeando la escena.

De entre la multitud, surgió caminando con un paso lento aquel misterioso hombre que tanto había llamado la atención de la bella dama el día anterior, ahora tenía claro que no era un sacerdote, sino un poeta que estaba de visita para ser el centro de atención de esta festividad, todos guardaron silencio dando espacio a escuchar la declamación del literato. Lucrecia, ponía especial cuidado con sus brillantes ojos esmeralda, totalmente cautivada por la apariencia física del sujeto.

Con una postura incólume, el caballero empezó su actividad, dejando salir de su boca una voz aguda, horrible, casi como el chillido de un murciélago, rompiendo por completo la ilusión de la chica al tiempo que escucha un terrible poema que decía:

"Azul, azulito, qué cielo más bonito
arriba te ves clarito
pero abajo
pareces otra vez oscurito"

Esa terrible pieza hizo sonreír de inmediato a la dama, intentando controlar la risa a carcajadas que estaba por brotar en medio de aquel salón y hacer un escándalo, su única escapatoria fue fingir una tos seca en tanto ocultaba su rostro con abanico y sujetaba el brazo de un caballero desconocido que por cosas de la vida se posicionó a su lado para observar el acto. Al darse cuenta de lo que estaba sucediendo, el caballero también sonrió, acompañando a la bella Medici en su fechoría burlona, teniendo la oportunidad de compartir algunas palabras con ella en voz baja. Entonces Lucrecia le preguntó: ¿sería usted capaz de hacer una poesía mejor que esa?

A lo que el desconocido respondió sin dudar, por usted señorita, sería capaz de bajar al mismo infierno y convertirlo en poesía, pasando por el purgatorio para deshacerme de mis pecados, tan solo para tener la dicha de llegar a su lado en el paraíso. A propósito, es un placer conocerla, mi nombre es Dante, Dante Alighieri.

Foto de freepng.es

El separador fue efectuado en Canva, utilizando múltiples imágenes libres de derechos de autor, provenientes de Pixabay, vectores de freepng y freewing.

Historia Original escrita para Hive. Todos los Derechos Reservados.

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