Divagaciones 060: "La necesidad de escribir", por bonzopoe

Es temprano pero tengo sueño, y tengo una súbita necesidad de escribir también, ¿sobre qué? sobre lo que sea, así que heme aquí, haciéndolo. A veces siento que esta necesidad de escribir que se tiene de repente es como esa hambre feroz que reclama comer lo que sea para poder aplacarse, supongo que es como la que sienten los vampiros recién convertidos de esas películas serie B, que no pueden controlarse y acaban alimentándose hasta de su propia familia.

Vaya que si necesitaba escribir que ya hasta estoy hablando de vampiros (¡plop!). ¡Qué cosa tan maravillosa es el inconsciente, que nos hace vincular cosas tan ajenas entre sí de las maneras más inusitadas! El caso es que a pesar de el sueño que tengo necesitaba escribir o no iba a estar tranquilo, y seguramente esto es algo que no solo yo he experimentado.

A veces no se tiene idea de sobre que escribir, pero uno tiene que hacerlo, necesita experimentar esa sensación de los dedos aprisionando un lápiz o brincoteando sobre un teclado. Muchas veces el producto es totalmente descartable, prescindible, incluso desechable, pero otras esos arranques pueden regalarnos pequeñas maravillas, son como momentos de iluminación que no se pueden despreciar.

Más de una idea inesperada me ha llegado de esa manera. Más de una vez una frase que saco de la nada da pie a otra, y esa a otra y de repente ya tengo un párrafo, que a veces no dice nada, pero sirve de pretexto para seguir escribiendo y en el proceso poco a poco todo va cobrando forma, sentido. Es un poco como tener un trozo de madera al que uno le va quitando partes por pura intuición hasta que lograr imaginarse la escultura que lleva adentro.

Porque escribir puede ser muchas cosas para cada quien, y en mi caso es principalmente búsqueda. Es como lanzarme al mar a ver que pez encuentro, y uno se puede encontrar una sardina o una ballena, una medusa que te deja todo adolorido, o un pez tropical que te sorprende por sus colores.

Hay gente que es adicta al alcohol, las drogas, el sexo. Los escritores somos adictos a escribir. Y podemos ser promiscuos al hacerlo. No respetando géneros, circunstancias, o momentos, como en esta ocasión, en la que debería estar durmiendo y no escribiendo esto que no se que es en realidad.

Es un poco una declaratoria, un poco una confesión, pero sobre todo una evasión y búsqueda a la vez. Una evasión de lo que debería estar haciendo, y una búsqueda de lo desconocido que no se que es pero tal vez reconozca cuando lo vea. Tal vez incluso ya lo he encontrado pero no me he dado cuenta, y lo haga cuando relea esto y decida si va a la papelera de reciclaje o mi blog.

Porque a veces no somos conscientes de lo que escribimos hasta después, cuando lo revisamos ya con la mente despejada. Y tristemente descubrimos que algo que pensábamos que era maravilloso al escribirlo no lo es tanto, o que algo a lo que no le prestamos mucha importancia, tiene mucho más valor de lo esperado.

Así que que tal vez sea mejor dejar hasta aquí las cosas, y revisar esto más tarde, que tampoco puedo darme el lujo de desvelarme esta noche que mañana hay mucho trabajo por hacer, y además, obviamente, hay que volver a escribir. Gracias por acompañarme y hasta la próxima.

Si llegaste hasta acá muchas gracias por leer este publicación y dedicarme un momento de tu tiempo. Hasta la próxima y recuerda que se vale dejar comentarios.