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¡Hola a todos! Me estreno escribiendo en esta comunidad, para participar en la iniciativa de Hispaliterario.
NO LO SOPORTO MÁS
No lo soporto más. Me rasgaba las muñecas para poder aliviar el intenso que siento, pero ahora ya no es suficiente para liberarme. Mi paso por este angustioso mundo ha sido breve.
En mis dieciséis años de edad sólo he sido una miserable y escuálida sombra. Insignificante. He sido invisible a los que me tendrían que haber ayudado antes de tomar esta decisión.
Vine a este mundo para ser vapuleada, asfixiada y escupida. Es tanto el odio y la violencia vertida sobre mi cuerpo, que hasta yo misma he conseguido darme asco.
El reflejo al otro lado del espejo me devuelve la imagen de un despojo humano, repulso, al que los que le rodean han hecho saber que no vale nada. No soy nada, no soy nadie, en realidad, hace tiempo que ya no existo. Solo soy un ente errante que aunque aún respira, ya no vive.
Lo he intentado, Dios sabe que lo he intentado, pero ya he tenido suficiente. Escribo esto con lágrimas en mis ojos y lo firmo con la sangre de mis manos para despedirme del único ser que me ha amado tal y como soy, y por el único que lamento mancharme. Sí, estoy hablando de mi gato.
Nací matando a mi madre pues ella no pudo soportar el parto. Desde ese entonces mi padre me odiaba y cada vez que bebía me lo hacía saber, gritándome y golpeándome.
No puedo culparle, pues no es el único. El instituto, ese lugar al que vamos para labrarnos un futuro a través de los estudios y hacer amistades que deberían de perdurar de por vida, es también mi segundo infierno a parte de esta casa.
Siempre he sido el “bicho raro”, la “fea” y la “friki”, y por ello era merecedora de recibir el mismo trato en clase que en mi casa.
Hoy marcho a conocerte, mamá. Pero no sin antes enviarte a papá, que te ha echado mucho de menos. Vino tan borracho esta noche que fue directo a la cama, y ahora duerme para siempre sobre sus sábanas manchadas del líquido escarlata.
He escogido esta noche, porque dicen que esta noche se entrelazan ambos mundos. Muerte y vida sobrepasan la delgada línea invisible. Me será más fácil cruzar el velo para conocerte por fin, aunque si existe un cielo y un infierno, está claro que por mis actos yo iré para abajo.
Sólo tengo un último deseo, y es que, me gustaría devolverles una ínfima parte de mi dolor a aquellos que me lo han infligido, e invitarlos a acompañarme a las profundidades del abismo.
Firmado con cariño;
Nadie.
Dejo la nota con cuidado sobre el escritorio y me incorporo. Uso mi blusa blanca para limpiar la sangre del machete. Cubro mi rostro con una máscara de hockey para completar mi disfraz de Jason Voorhees de Viernes 13, versión femenina, y recojo mi mochila del suelo.
Imagen creada con IA de Nightcafe
Sé de buena tinta que esta noche esas tres zorras se iban a colar en el instituto para hacer una sesión de ouija. Es una lástima que el “ente” con el que se van a encontrar va a ser un poco más corpóreo que el que esperan.
Giro el pomo de la puerta de mi habitación y desciendo las escaleras con una sonrisa en mis labios. No recordaba la última vez que sonreí. Cruzo la puerta de la calle y noto mi corazón acelerado, bombeando adrenalina. Serpenteo por las calles camuflándome entre decenas de personas disfrazadas, y niños llamando a puertas para el dulce truco o trato, hasta que llego a ese edificio que tanto me ha visto sufrir.
Me deslizo ágilmente por una de las ventanas traseras. Hace años que el cerrojo está suelto, pero hasta ahora nadie lo ha arreglado.
Camino por los oscuros pasillos, tratando de recordar con mi memoria el recorrido de éstos sin necesidad de encender la linterna de mi teléfono móvil.
Mi respiración se agita al escuchar de fondo unas voces que provienen del gimnasio. Estoy segura de que se trata de ellas.
La puerta está entreabierta y sale un haz de luz de la rendija. Me escondo en la penumbra apoyando mi espalda contra la pared, justo a la derecha de la puerta, y agudizo mis oídos.
Están intentando contactar con el más allá, entre risitas… Pero quien ríe la última, ríe mejor. Mientras estoy sacando de la mochila un altavoz por bluetooth para colocar en alguna parte del instituto y llamar su atención para hacerlas salir de ahí, escucho que una de ellas va a ir al baño. Guardo de nuevo el altavoz y dibujo una macabra sonrisa en mi rostro por segunda vez esta noche. No esperaba tener tanta suerte.
Imagen creada con IA Starryai
Me aparto de la puerta y veo que sale sola, para dirigirse hacia los baños de chicas, iluminando su camino con una linterna. Avanzo tras ella conteniendo la respiración, cautelosa y casi de puntillas para no hacer ruido; ahora mismo la oscuridad del lugar es mi inmenso escondite.
Creo que siente mi presencia, porque se da la vuelta antes de llegar a la puerta, recorriendo de hito en hito el lugar con la mirada. Me apresuro a esconderme tras unas taquillas y espero paciente hasta que entra al baño.
Apoyo mi oreja tras la puerta y escucho que ha entrado en uno de los retretes, puedo oír cómo está orinando. Entro tratando de no hacer ruido, pero la puerta chirría un poco.
—¿Hola? —pregunta ella, todavía desde el interior del retrete—. ¿Sally, Martha, estáis ahí?
Percibo cómo está arrancando un trozo de papel higiénico y se precipita a tirar de la cisterna. En los segundos que tarda en abrirse la puerta del todo, una emoción recorre mi alma y se clava en mi espina dorsal.
Ahora sus ojos se cruzan con los míos tras la máscara y, antes de que pueda gritar, le tapo la boca, alzo la mano con furia y le asesto una puñalada en el pecho. Seguida de otra, y otra, y otra más. ¡Ah! Y la última, por si acaso se le ocurre levantarse.
Cae tambaleándose al suelo, con la respiración ahogada y brotando sangre de la comisura de sus labios. Tiene la mirada perdida, como no entendiendo qué acaba de suceder.
Mientras aún sigue consciente le agarro del pelo y la vuelvo a arrastrar dentro del estrecho habitáculo donde se encuentra el inodoro, poniendo su cabeza en el interior de él.
—Ahora ya no eres tan valiente como cuando me metiste la cabeza a mí en el váter, ¿verdad? —digo mientras cierro la tapa repetidas veces para aplastarle la cabeza con fuerza, hasta que escucho que deja de intentar respirar.
Jadeo y trago saliva. Me siento en éxtasis, poderosa. Pero, los breves instantes de calma son interrumpidos por un grito ensordecedor, seguido de unos pasos acelerados.
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Me asomo por la puerta entreabierta del baño para ver qué sucede. Alcanzo a ver a Martha corriendo despavorida, y de repente, cae al suelo de bruces, siendo arrastrada por una fuerza invisible de nuevo hacia atrás.
—¡Pero, ¿qué coño?! —exclamo en voz alta sin querer. Empiezo a escuchar unos berridos de ultratumba provenir del gimnasio donde estaban realizando la sesión de espiritismo. Mis piernas están temblando y mi corazón está desbocado.
Los gritos de Martha cada vez se oyen más lejanos, hasta que cesan. Salgo con mucha cautela del baño. Presiento que he de marcharme tan rápido como me permitan mis piernas de este lugar, y comienzo a acelerar mi paso en dirección hacia la ventana por donde había accedido.
Sin embargo, he de pasar obligatoriamente por enfrente de la puerta del gimnasio, desde donde hasta hace unos segundos se escuchaban esos alaridos. Me detengo y pienso por unos instantes que, de todas maneras, iba a terminar suicidándome ¿no? Entonces, ¿para qué huir?, ¿para qué tratar de salvar mi vida?
Quiero saber qué es lo que está ocurriendo ahí dentro. Así que me armo de valor, suspiro hondamente y empujo la puerta. Al abrir, un olor a azufre golpea mi nariz y trato de contener mis náuseas.
Un círculo de velas se encuentra en el centro de la cancha, y en el interior, la tabla de ouija. Pero no hay ni rastro de Sally. Avanzo unos pasos en dirección al tablero y, de improvisto, escucho una respiración agitada. Giro bruscamente mi cabeza y alumbro con mi linterna del móvil.
—¡Ahí estás! —espeto.
Ella se encuentra de pie y cabizbaja, me percato de que tiene marcas de heridas en sus brazos; y en lugar de responderme como una persona normal, ahora empieza a rugir como si fuera un animal.
Trago saliva y alzo mi machete para poner fin a su existencia, pero entonces ella levanta la mirada del suelo y puedo ver su rostro desencajado, está haciendo muecas imposibles con su mandíbula, y se abalanza hacia mí.
Caigo al suelo de espaldas con ella encima, he perdido mi máscara. Tiene una fuerza sobrehumana, definitivamente está poseída. Grito de desesperación. Mi machete ha caído a mi izquierda y estoy estirando el brazo con el propósito de agarrarlo.
Imagen creada con IA de Nightcafe
Sally, o lo que queda de ella, me está apretando muy fuerte del cuello y empiezo a asfixiarme. Alcanzo el machete en el momento preciso y se lo clavo en un ojo. Grita encolerizada, pero aprovecho para zafarme rodando en el suelo e incorporarme.
—Has estropeado este cuerpo ¡Ya no me sirve! —vocifera ese ser.
—¿Quién eres? —pregunto intentando recuperar mi aliento.
—Mi nombre no importa. Fui una de las que quemaron en la hoguera hace demasiado tiempo. Por fin alguien me ha invocado y liberado, ¡y tú, has estropeado este maravilloso cuerpo! A su amiga la he usado para beber de ella… Pero a tú me vas a servir de reemplazo. —sonríe.
Intento moverme pero estoy petrificada. ¡No me puedo mover! Se me resbala el machete de entre mis dedos. Maldita sea, yo quería morir matando, no sirviéndole mi cuerpo a una bruja para que me posea.
Empiezo a sentir cada vez más frío, se me está nublando la vista. Noto el golpe seco al caer al suelo.
Me giro, y veo mi cuerpo yacer. Cada vez lo veo más lejos, como si algo estuviera arrastrándome hacia atrás. Y de pronto, llega la oscuridad.
Imagen creada con Nightcafe
English
I CAN'T TAKE IT ANYMORE
I can't take it anymore. I used to cut my wrists to relieve the intense pain I feel, but now it's not enough to set me free. My time in this distressing world has been brief.
In my sixteen years old I've only been a miserable, squalid shadow. Insignificant. I've been invisible to those who should have helped me before I made this decision.
I came into this world to be beaten, smothered and spit upon. So much hatred and violence has been poured on my body, that even I have managed to disgust myself.
The reflection on the other side of the mirror gives me back the image of a repulsed human wreck, repulsed, who has been made to know that It's worthless by the people around me. I am nothing, I am no one, in fact, I have long since ceased to exist. I'm only a wandering entity that although still breathing, but no longer lives.
I've tried, God knows I've tried, but I had enough. I write this with tears in my eyes and sign it with the blood of my hands to say goodbye to the only who has loved me as I am, and for the only one I sorry to leave. Yes, I'm talking about my cat.
I was born killing my mother because she couldn't bear the birth. From that time, my father hated me and every time he drank he let me know it, yelling at me and hitting me.
I can't blame him, because he's not the only one who do it. High school, that place where we go to carve out a future through studies and make friendships that should last a lifetime, is also my second hell apart from this house.
I have always been the "weirdo", the "ugly" and the "freak", and because of that I deserved to receive the same treatment in class as in my home.
I'm leaving today to meet you, Mom. But not without first sending dad to you, who has missed you a lot. He came in so drunk tonight, so he went straight to bed, and now he sleeps forever on his sheets stained with the red scarlet liquid...
I have chosen tonight, because they say that tonight both worlds intertwine. Death and life cross the thin invisible line. It will be easier for me to cross the veil to meet you at last, although if there is a heaven and a hell, it is clear that by my actions I will go down.
I have only one last wish, and that is, I would like to return a tiny part of my pain to those who have inflicted it on me, and invite them to join me in the depths of the abyss.
Signed with love;
No one.
I leave the note carefully on the desk and stand up. I use my white blouse to wipe the blood off the machete. I cover my face with a field hockey mask to complete my costume of Jasoon Vorhees from Friday the 13th, female version, and pick up my backpack from the floor.
Image created with Nightcafe's AI
I know for a fact, that tonight those three bitches were going to sneak into the school for a Ouija session. It is a pity that the "entity" they are going to encounter is going to be a little more corporeal than the one they expect.
I turn the doorknob to my room and descend the stairs with a smile on my lips. I couldn't remember the last time I smiled. I walk through the door to the street and feel my heart racing, pumping adrenaline. I meander through the streets camouflaging myself among dozens of people in costumes, and children knocking on doors for sweet trick-or-treaters, until I reach that building that has seen me suffer so much.
I nimbly slip through one of the back windows. The lock has been loose for years, but so far no one has fixed it.
I walk through the dark corridors, trying to remember the route with my memory without turning on the flashlight of my cell phone.
My breath hitches when I hear voices coming from the gym in the background. I'm sure it's them.
The door is ajar and a beam of light comes out of the crack. I hide in the gloom, leaning my back against the wall just to the right of the door, and I sharpen my ears.
They are trying to contact the beyond, between giggles... But who laughs last, laughs longest. When I'm taking a bluetooth speaker out of my backpack to place somewhere in the school to get their attention, and get them out of there, I hear that one of them need to go to the bathroom. I put the speaker away again and draw a macabre smile on my face for the second time tonight. I didn't expect to be so lucky.
Image created with AI Starryai
I turn away from the door and see her leave alone, heading towards the girls' toilets, lighting her way with a flashlight. I advance after her holding my breath, cautious and almost on tiptoe so as not to make noise; right now the darkness of the place is my immense hiding place.
I think she senses my presence, because she turns around before reaching the door, scanning the place from landmark to landmark with her eyes. I hurry to hide behind some lockers and wait patiently until she enters the bathroom.
I lean my ear behind the door and hear that she has entered one of the toilets, I can hear her urinating. I go in trying not to make any noise, but the door squeaks a little.
"Hello?" She asks, still from inside the toilet. "Sally, Martha, are you in there?"
I can feel her tearing off a piece of toilet paper and rushing to flush the toilet. In the seconds it takes for the door to open all the way, a thrill runs through my soul and stabs into my spine.
Now her eyes meet mine behind the mask and, before she can scream, I cover her mouth, raise my hand in fury and stab her in the chest. And then again, and again, and again, and over again, and the last one, just in case she should think of getting up.
She falls staggering to the ground, her breath choking and blood gushing from the corners of her lips. Her gaze is lost, as she doesn't understand what just happened.
While she is still conscious, I grab her by the hair and drag her back into the narrow room where the toilet is located, placing her head inside it.
"You're not as brave now as you were when you put my head in the toilet, are you?" I say closing the lid repeatedly to smash her head in hard, until I hear her stop trying to breathe.
I gasp and swallow. I feel ecstatic, powerful. But, the brief moments of calm are interrupted by a deafening scream, followed by accelerated footsteps.
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I peek through the half-open bathroom door to see what's going on. I catch to see Martha running in panic, and suddenly, she falls face first to the ground, being dragged backwards again by an invisible force.
"What the fuck?" I exclaim out loud without meaning to. I start to hear some ultraterrestrial screams coming from the gymnasium where the séance was being held. My legs are shaking and my heart is racing.
Martha's screams become more and more distant, until they stop. I cautiously leave the bathroom. I feel that I have to leave this place as fast as my legs will allow me, and I start to speed up my pace towards the window through which I had entered.
However, I must necessarily pass in front of the door of the gym, from where until a few seconds ago, I heard those screams. I stop and think for a moment that I was going to end up committing suicide anyway, wasn't I? So why run away, why should I try to save my life?
I want to know what's going on in there. So I pluck up my courage, sigh deeply and push the door. As I open it, a sulfur smell hits my nose and I try to hold back my nausea.
A circle of candles stands in the center of the court, and inside, the Ouija board. But there is no sign of Sally. I take a few steps in the direction of the board and, suddenly, I hear heavy breathing. I turn my head sharply and shine my cell phone flashlight.
"There you are!" I shout.
She is standing with her head down, I notice that she has wound marks on her arms; and instead of responding to me like a normal person, now she starts to roar as if she were an animal.
I swallow saliva and raise my machete to put an end to her existence, but then she looks up from the ground and I can see her face unhinged, she is making impossible faces with her jaw, and she rushes towards me.
I fall to the ground on my back with her on top of me, I've lost my mask. She has superhuman strength, she is definitely possessed. I scream in despair. My machete has fallen to my left and I'm reaching out with the purpose of grabbing it.
Image created with Nightcafe's AI
Sally, or what's left of her, is squeezing me too hard by the neck and I start to choke. I reach for the machete in the nick of time and stab her in the eye. She screams in anger, but I take the opportunity to roll to the ground and sit up.
"You've ruined this body, I can't use it any more!"
"Who are you?" I ask trying to catch my breath.
"My name doesn't matter. I was one of those burned at the stake too long ago. Finally someone has summoned me and freed me, and you, you have ruined this wonderful body! I used her friend to drink from her... But you are going to be a replacement for me!" She smiles.
I try to move, but I'm petrified, I can't move! The machete slips from my fingers. Damn it, I wanted to die killing, not serving my body to a witch to possess me.
I start to feel colder and colder, my vision is blurring. I feel the thud as I fall to the ground.
I turn around, and see my body lying there. I see it farther and farther away, as if something is dragging me backwards. And suddenly, darkness comes.
Image created with Nightcafe's AI
Text is by my own, @ayneblood (Ainhoa Gallardo)
Source of Nightcafe's AI
Source of Starryai's AI
