Hola mis queridos amigos. Deseo lo mejor y merecido para ustedes. El fin de semana se celebró el día del niño en Venezuela. Como algunos ya saben, me encuentro en Colombia y acá se maneja otra fecha, el último sábado de abril. Pero realmente no les quiero hablar del día del niño, lo que quiero es hacer mención de este día porque se hace mucha festividad de parte de la mayoría de los adultos para agasajar a los niños, se espera este día para hacer una gran celebración, con regalos, con paseos, con mucha diversión y eso no es malo, es bueno, pero más lo es, mantener ese mismo espíritu de reconocimiento, es decir, de valoración a la infancia, durante todos los días del año.

Pasa así con el día de la madre, el día del padre, navidad y año nuevo que son fechas donde las personas se llenan de mucha emotividad. Esa emotividad es la que mueve a la gente y la emotividad es efímera, es volátil conforme llega se va y los niños necesitan de algo más duradero, como lo pueden ser palabras convertidas en marcas permanentes, pero que estas sean verdaderas demostraciones de afecto que aumenten la autoestima del niño para siempre y no que dejen cicatrices dolorosas que destruyan su vida, también para siempre.

Con toda esta introducción, deseo llegar a las consecuencias de la vida sin afecto en los niños, de la vida vacía en los niños, de la vida gris en los niños, por culpa de uno o de varios adultos. Si, nosotros los adultos, profesionales o no, letrados o no, encumbrados o no. Nosotros los que una vez fuimos niños, pero que a muchos se nos olvidó. Que sin dudarlo, afirmo que más de una vez, todos recibimos el látigo de la palabra intimidante, en menor o mayor medida, pero que por nuestra condición de niños, todos, absolutamente todos, hemos sufrido solo por ser niños, por aquella mala expresión, que infiere negativamente sobre la idea retrógrada de que los niños no son gente. Si que es impresionante como existe cada adulto soez y si hemos caído en este error, paremos las palabras castrantes.

Un niño puede vivir marcado para siempre por las palabras que apuñalan, esas que marcan para siempre con heridas profundas difíciles de cicatrizar y que aunque puedan hacerlo jamás se borran. Esas palabras que muchas veces están excusadas con el nombre de "Jesús", de la "Virgen María", junto al de otros santos y demás deidades, en los labios de quienes las dicen y con rosario en mano arremeten sin piedad mientras apartan las limosnas para los hambrientos de su barrio y las ofrendas que dan en el templo.

Una infancia gris es la que logramos, donde crecer se ve lejos, liberarse es imposible, ser feliz está prohibido, vivir es indeseado... Una vez que ya no se es niño, el daño emocional causado por el filo asesino de las palabras adultas puede aumentar su tamaño y pueden seguir acechando muchas nubes negras, con tormentas muy fuertes y devastadoras. Igualmente se puede mantener para siempre el cielo gris, forrado totalmente de extremo a extremo... Tal cual, ve la vida un adulto que creció humillado.

¿Qué se puede hacer?... Sanar.
¿Cómo?... Riendo.
¿De qué o quién?... De todo y de todos.

Es posible experimentar un proceso de sanación, una especie de validación de la vida, donde ese adulto con cicatrices emocionales y la vista empañada vea la luz que le dará color a su vida. Solo los que sobreviven son aquellos que logran sanar. Aprendiendo a reír, a permitir que la risa se descubra y se muestre como un adorno que embellece ese rostro que estuvo opaco por mucho tiempo. Una risa hermosa y plena, esa es la risa salvadora. Solo la puedes experimentar cuando eres libre de quienes te han hecho daño, ellos ya no existen, porque así lo has decidido.

Ahora tu adulto, víctima de daño emocional durante la infancia, puedes tener el control y decidir escribir nuevos capítulos de tu vida entre un follaje verde esperanza que ya puedes palpar al traspasar la cerca fría, metálica, oscura, que te privaba de una vida bañada de luz y color, esa que siempre estuvo allí para ti.

Cierro mi publicación, recordando que por todas partes hemos oído y leído sobre los beneficios de la risa. Lo terapéutica que es, sobre el bien que le hace a nuestro cerebro, a nuestro cuerpo y mente que padecen enfermos por el sufrimiento mental. Con la risa se liberan endorfinas en el cerebro que son las llamadas hormonas de la felicidad y estas nos ayudan a mejorar nuestro estado de ánimo. La mente se estimula para bien al recibir la risa como antídoto antiestrés, por eso debemos reír hasta de nosotros mismos, tomar esos malos recuerdos y apartarlos, sustituyéndolos por los que valen la pena, por los que te dan reconocimiento como persona valiosa, con cualidades, porque la única verdad que debes abrazar es que eres un ser humano digno de respeto y admiración. Por lo tanto, que no se repita la historia de maltrato con los niños a tu cargo.

Hello my dear friends. I wish the best and deserved for you. This weekend was celebrated Children's Day in Venezuela. As some of you already know, I am in Colombia and here we have another date, the last Saturday of April. But I don't really want to talk about children's day, what I want to do is to mention this day because there is a lot of festivity on the part of most adults to entertain the children, they wait for this day to make a big celebration, with gifts, with walks, with lots of fun and that is not bad, it is good, but it is even better to keep that same spirit of recognition, that is to say, of valuing childhood, during every day of the year.

This happens with Mother's Day, Father's Day, Christmas and New Year's Day, which are dates when people are filled with a lot of emotion. That emotionality is what moves people and emotionality is ephemeral, it is volatile as it comes and goes and children need something more lasting, such as words can be converted into permanent marks, but that these are true demonstrations of affection that increase the child's self-esteem forever and not leave painful scars that destroy his life, also forever.

With all this introduction, I wish to get to the consequences of the affectionless life in children, of the empty life in children, of the gray life in children, because of the fault of one or several adults. Yes, we, adults, professional or not, literate or not, educated or not, high or not. We who were once children, but that many of us have forgotten. That without hesitation, I affirm that more than once, we all received the whip of the intimidating word, to a lesser or greater extent, but that because of our condition as children, all of us, absolutely all of us, have suffered just for being children, for that bad expression, which negatively inflicts on the retrograde idea that children are not people. It is impressive how there is every rude adult and if we have fallen into this error, let's stop hurtful words.

A child can live forever marked by the words that stab, those that mark forever with deep wounds that are difficult to heal and that even if they can be healed, they will never be erased. Those words that many times are excused with the name of "Jesus", of the "Virgin Mary", along with that of other saints and other deities, on the lips of those who say them and with rosary in hand they lash out mercilessly as they set aside alms for the hungry in their neighborhood and the offerings they give in the temple.

A gray childhood is the one we achieve, where growing up looks far away, breaking free is impossible, being happy is forbidden, living is unwanted... Once no longer a child, the emotional damage caused by the murderous edge of adult words can increase in size and many black clouds can continue to lurk, with very strong and devastating storms. Likewise, the gray sky can remain forever, lined from end to end... As it is, sees life an adult who grew up humiliated.

What can be done?... Heal.
How?... Laughing.
From what or who?... From everything and everyone.

It is possible to experience a healing process, a kind of validation of life, where that adult with emotional scars and blurred vision sees the light that will give color to his life. Only those who survive are those who manage to heal. Learning to laugh, to allow laughter to be discovered and to show itself as an ornament that embellishes that face that was opaque for a long time. A beautiful and full laughter, that is the saving laughter. You can only experience it when you are free from those who have hurt you, they no longer exist, because you have decided so.

Now your adult, victim of emotional damage during childhood, you can have control and decide to write new chapters of your life among a green foliage hope that you can already feel when you cross the cold, metallic, dark fence that deprived you of a life bathed in light and color, the one that was always there for you.

I close my publication, remembering that everywhere we have heard and read about the benefits of laughter. How therapeutic it is, about the good it does to our brain, to our body and mind that suffer from mental suffering. With laughter endorphins are released in the brain which are called happiness hormones and these help us to improve our mood. The mind is stimulated for good when receiving laughter as an antidote to stress, so we must laugh even at ourselves, take those bad memories and put them aside, replacing them with those that are worthwhile, those that give you recognition as a valuable person, with qualities, because the only truth that you must embrace is that you are a human being worthy of respect and admiration. Therefore, let there be no repetition of the history of mistreatment with the children in your care.