PRISONERS OF AN UNREAL SUCCESS [ENG-ESP]

When moments of distress come, we feel that opportunities inevitably run out and at the same time we are able to perceive how the doors to those latent opportunities close in our noses, at that moment it is normal to feel depressed but at the same time we try to seek clarity in our thoughts, so that we can look for a small hole that allows us to light the way and that we can get out of that difficult situation or bad streak through which we are going through.

I can assure you that at some point in your life, dear reader, you have or will have found yourself in a situation like this, personally, several scenarios in my life have made me think that the end has come, but how wrong I was because always at the end of the road, there will be an extra mile that we must travel, however, that mile only the brave and those who have determination manage to travel.

The topic that I would like to share with you through these lines of writing is related to the mental prisons that we as humans can impose on ourselves and that undoubtedly traps us in a state of tranquility that stagnates us instead of pushing us forward.

But how is that? You may be wondering, let me illustrate a little of the scenario I wish to share. Recently I had the chance to go on a small and short excursion with my family along the banks of the Catatumbo River, however, as my family is too large to travel on a single motorcycle, we decided to split up, at that moment I was only traveling with my 7 year old daughter, We were on my motorcycle and we had to go through a high wall that serves as protection against the overflowing of this water flow, to my surprise my daughter squeezed me tightly, inevitably through her thin arms I could feel the fear that she was suffering at that very moment.

I immediately stopped and asked her what was wrong, she told me that she was scared because the slope ahead and where we had to go down was very steep, however, as much as I wanted to persuade her to go back, I heard a resounding no she was determined to continue and instantly recited the following bible verse, which is found in 2 Timothy 1:7

" For God has not given us a spirit of fear, but of power and of love and of a sound mind. "

When analyzing the above scenario with a cool head, I can realize the determination that my daughter Camila presented at that moment and that is an example that we as humans must follow, since adverse scenarios we have to face them and not let ourselves be imprisoned by them, we cannot allow ourselves to fall into depression or stagnation that do not allow us to achieve our purpose in life, we must be proactive and resilient to the situation that affects us, since it is those negative scenarios that make our life even more fruitful.

In this sense, I dare to state that for a long time I have felt a prisoner of my fears, even knowing that, on the other side of them, there is a grandiose scenario that awaits us according to what we have planned and proposed and that is determined to each of our capabilities.

However, even when we perceive this mental clarity, we fall into a term that has become popular today, referring to procrastination, I guess you've heard of it?

Can procrastination really make you a prisoner? From my point of view I consider that yes, at a personal level I have had the clarity to establish in my memory a project or scenario of which I am convinced that it can work, but even so I have not been able to develop it in depth, to take that first step to make that great project work, so that I feel imprisoned by my inability to apply what was planned and every day there is a different excuse and an adverse scenario that justifies my lack of action.

That is why the title of this writing is called prisoner of an unreal success, because beyond what I may know and feel, that success is still only in my head and all because of the fear of not facing what is coming and not having the necessary confidence to develop what we have perceived in our dream or purpose and even knowing that the hardest thing that can come is simply to fail as if that were a big deal.

Let us learn that failure or success depends only on one thing, our ability to act, and that both are part of life and allow us to fill ourselves with experiences that make us grow in all areas of our lives.

Cuando llegan los momentos de angustia, sentimos que las oportunidades inevitablemente se agotan y al mismo tiempo somos capaces de percibir como las puertas a aquellas oportunidades latentes se cierran en nuestras narices, en ese momento es normal sentirnos deprimidos pero al mismo tiempo tratamos de buscar claridad en nuestros pensamientos, de manera que podamos buscar un pequeño orificio que nos permita alumbrar el camino y que podamos salir de esa difícil situación o mala racha por la cual estamos pasando.

Puedo asegurar que en algún momento de tu vida tu estimado lector te has o te habrás encontrado en una situación así, en lo personal diversos escenarios en mi vida me han llegado a pensar que el final ha llegado, pero cuán equivocado estaba porque siempre al final del camino, habrá una milla extra que debemos recorrer, sin embargo, esa milla solo los valientes y los que tienen determinación logran transitar.

El tema que les quisiera compartir a través de estas líneas de escritura está relacionado con las prisiones mentales que nosotros como humanos nos podemos autoimponer y que sin duda nos atrapa en un estado de tranquilidad que nos estanca en vez de impulsarnos a salir adelante.

Pero ¿cómo es eso? Quizás te estés preguntando, déjame ilustrarte un poco del escenario que deseo compartir. Recientemente tuve la posibilidad de salir a una pequeñas y corta excursión junto con mi familia por las orillas del río Catatumbo, sin embargo, como mi familia es algo numerosa como para viajar en una sola motocicleta, decidimos dividirnos, en ese instante solo viajaba con mi hija de 7 años, íbamos en mi motocicleta y debíamos pasar por un alto muro que funciona como protección ante los desbordamientos de este caudal de agua, para mi sorpresa mi hija me apretó fuertemente, inevitablemente a través de sus delgados brazos pude sentir el temor que ella estaba padeciendo en ése justo instante.

Inmediatamente me detuve y le pregunté que le ocurría, me comentó que estaba asustada porque la bajada que se encontraba metro delante y por dónde debíamos bajar estaba muy inclinada, sin embargo, por más que quise persuadirla para regresar, escuché un rotundo no ella, estaba decidida a continuar y al instante recitó el siguiente versículo bíblico, el cual se encuentra en 2 de Timoteo 1:7

"Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor, y de dominio propio"

Al analizar el escenario anterior con cabeza fría, me puedo dar cuenta de la determinación que presentó mi hija Camila en ese instante y que es un ejemplo que como humanos debemos seguir, ya que los escenarios adversos tenemos que afrontarlos y no dejarnos aprisionar por ellos, no podemos permitir caer en depresiones o estancamientos que no nos permiten alcanzar nuestro propósito de vida, debemos ser proactivos y resilientes ante la situación que nos afecta, ya que son esos escenarios negativos los que hacen que nuestra vida sea aún más fructífera.

En este sentido, me atrevo a establecer que por mucho tiempo me he sentido prisionero de mis temores, aun sabiendo que, al otro lado de ellos, hay un escenario grandioso que nos espera en función de lo que nosotros hemos planificado y propuesto y que se encuentra determinado a cada uno de nuestras capacidades.

Sin embargo, aun percibiendo esa claridad mental, caemos en un término que se ha popularizado en la actualidad, haciendo referencia a la procrastinarían, ¿Supongo has escuchado de ella?

¿En realidad procrastinar te puede hacer un prisionero? Desde mi punto de vista considero que sí, a nivel personal he tenido la claridad de establecer en mi memoria un proyecto o escenario del cual estoy convencido que puede funcionar, pero aun así no he sido capaz de desarrollarlo a profundidad, de dar ese primer paso para lograr que ese grandioso proyecto funcione, de manera que me siento prisionero por mi incapacidad de aplicar lo planificado y cada día hay una excusa diferente y un escenario adverso que justifican mi falta de acción.

Es por ello que el título de este escrito se denomina prisionero de un éxito irreal, porque más allá de lo que yo pueda conocer y sentir, ese éxito aún está solo en mi cabeza y todo por el temor de no afrontar lo que se viene y de no tener la confianza necesaria para desarrollar lo que hemos percibido en nuestro sueño o propósito y aun sabiendo que lo más difícil que puede venir es simplemente fracasar como si eso fuera gran cosa.

Aprendamos que el fracaso o el éxito depende solo de una cosa, de nuestra capacidad de accionar y que ambos forman partes de la vida y que nos permiten llenarnos de experiencias que nos hacen crecer en todos los ámbitos de nuestra vida.