Un saludo amoroso para todos mis amigos de Hive, espero que tengan un magnifico fin de semana lleno de buenas vibras. El día de hoy me he animado a escribir para la iniciativa Conversando con mis Ancestros – El poder de mí nombre en esta hermosa comunidad. Creo que los nombres tienen mucho poder porque los cargamos de significados y sentidos, tanto al nombre propio como al de los demás. Hay personas que pasan por nuestra vida y su recuerdo trasciende en el tiempo solo por su nombre, ya que cuando lo escuchamos después de años en otra persona o circunstancia inmediatamente volvemos al momento donde ese nombre marco nuestras vidas. De la misma manera nosotros mismos podemos trascender en la vida de otras personas gracias a nuestro nombre.
Mi nombre es Elba Jetzabel Amaya Rojas y siempre me he identificado con él. Desde siempre asumí mi nombre con mucha fuerza y confianza, y lo cargue de los significados necesarios para llevarlo como estandarte en mi humilde viaje por la vida. Elba era el nombre de mi madre, no dudo que escogiera para mí su primer nombre con la intención de convertirme en una pequeña proyección de lo que ella deseó ser, pero sin querer y más aun queriendo me convertí en todo lo contrario.
Mi madre era una mujer ambiciosa y en ocasiones altanera, se dejó endurecer por la vida que le toco vivir. No por lo económico, porque en ese sentido nunca le falto nada, más bien en lo intelectual y emocional, por ser una mujer inteligente y determinada en una sociedad misógina y retrograda que frustró sus sueños de estudiar y esparcirse, condenándola al vil rol de esposa y madre perfecta, cuidadora, cocinera y sirvienta de su propia familia.
Yo por otro lado siempre he sido dueña de mi misma, nadie escogió una vida para mí. Y aunque en algunas ocasiones he cedido ante otros por inocencia o error, siempre he retomado mi camino tarde o temprano, pues lo único que he deseado desde siempre es poder ser yo misma. Así que resignifique el nombre Elba, esto no le gusto a mi madre, tampoco al resto de mi familia, pero eso no me detuvo.
Por otro lado me alegra llevar el nombre de mi madre, creo que fue una mujer fuerte, que sobrevivió a tanto. Y aunque se equivocó en muchas cosas, tengo cualidades tales como la determinación y la constancia que herede de ella ya que siempre la vi trabajar duro en lo que se proponía y no desistir ante nada.
Así que Elba significa para mí todo aquello que solté, que deje ir, esos estigmas familiares asignados a las hijas mujeres. Al mismo tiempo significa todo lo bueno que guarde dentro de mí, la herencia sagrada de las mujeres de mi familia. Mi madre fue la única Elba de mi familia, mi abuela escogió ese nombre para ella porque así se llamaba una de las protagonistas de las novelas que leía, en una época en que las mujeres eran privadas del estudio y forzadas al analfabetismo.
Jetzabel tiene menos historia, mi hermano mayor lo escogió para mí cuando mi madre estaba embarazada, él era apenas un niño. Cuando yo tenía 11 años una persona que estaba de visita en casa, me señalo diciendo que ese nombre aparecía en la biblia y que pertenecía a una mala mujer, por un momento le creí, aunque eso no hizo que rechazara mi nombre. Con el tiempo descubrí que el nombre bíblico en realidad es Jezabel y que se trataba de una reina de Israel que restableció el politeísmo en el reino y fue arrojada desde un balcón por sus sirvientes, quienes la acusaron de libertina. En realidad no me habría molestado llevar el nombre de una mujer así, poderosa y defensora de la libertad de credo.
Pero mi nombre es Jetzabel, mientras en los espacios sociales (escuela, trabajo o conocidos) me llamaban por mi primer nombre; en casa, en lo íntimo y familiar me llamaban Jetzabel o cariñosamente Jetza. Así que mi segundo nombre es mi lugar tranquilo, es el que me conecta con mi parte tierna y con mi infancia. Y a través de él entrego esa versión de mi tan amorosa y gentil a otras personas cuando ya las siento parte de mi historia.
Tengo mucho que contar sobre mi nombre, lo que ha significado y como esas ideas entorno a él, han transmutado junto a mí a lo largo de la vida; pero por ahora lo dejaré hasta acá. Mi nombre es mi mantra, lo he escuchado a lo largo de mi vida y lo seguiré escuchando hasta el final y tiene la energía poderosa de concentrar a todas las que fui, a la que soy y las que seré más adelante. Espero disfrutaran del post, me despido hasta la próxima.
Contenido original del autor.
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Foto propia manipulada con imagen de Pixabay
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Conversing with my Ancestors - The power of my name // Elba Jetzabel (Spanish/English)
Loving greetings to all my Hive friends, I hope you have a wonderful weekend full of good vibes. Today I have been encouraged to write for the initiative Conversing with my Ancestors - The power of my name in this beautiful community. I believe that names have a lot of power because we load them with meanings and senses, both to our own name and to the names of others. There are people who pass through our lives and their memory transcends in time only because of their name, because when we hear it after years in another person or circumstance we immediately go back to the moment where that name marked our lives. In the same way we ourselves can transcend in other people's lives thanks to our name.
My name is Elba Jetzabel Amaya Rojas and I have always identified with it. I have always assumed my name with great strength and confidence, and I loaded it with the necessary meanings to carry it as a banner in my humble journey through life. Elba was my mother's name, I have no doubt that she chose her first name for me with the intention of turning me into a small projection of what she wished to be, but unintentionally and even more unwillingly I became the opposite.
My mother was an ambitious and sometimes haughty woman, she let herself be hardened by the life she had to live. Not economically, because in that sense she never lacked anything, but rather intellectually and emotionally, for being an intelligent and determined woman in a misogynistic and backward society that frustrated her dreams of studying and spreading herself, condemning her to the vile role of perfect wife and mother, caregiver, cook and servant of her own family.
I on the other hand have always been my own master, no one chose a life for me. And although sometimes I have given in to others out of innocence or mistake, I have always returned to my path sooner or later, because the only thing I have always wanted is to be able to be myself. So I redefined the name Elba, this did not please my mother, nor the rest of my family, but that did not stop me.
On the other hand I am happy to carry my mother's name, I think she was a strong woman, who survived so much. And although she was wrong in many things, I have qualities such as determination and constancy that I inherited from her since I always saw her work hard at what she proposed and not give up in the face of anything.
So Elba means to me everything that I let go, that I let go of, those family stigmas assigned to female daughters. At the same time it means all the good things I kept inside me, the sacred heritage of the women in my family. My mother was the only Elba in my family, my grandmother chose that name for her because that was the name of one of the protagonists of the novels she read, at a time when women were deprived of study and forced into illiteracy.
Jetzabel has less history, my older brother chose it for me when my mother was pregnant, he was just a child. When I was 11 years old a person who was visiting me at home, pointed out to me that this name appeared in the bible and that it belonged to a bad woman, for a moment I believed him, although that did not make him reject my name. Eventually I discovered that the biblical name was actually Jezebel and that she was a queen of Israel who reestablished polytheism in the kingdom and was thrown from a balcony by her servants, who accused her of being a libertine. Actually, I would not have minded to bear the name of such a woman, powerful and defender of religious freedom.
But my name is Jetzabel, while in social spaces (school, work or acquaintances) I was called by my first name; at home, in the intimate and familiar I was called Jetzabel or affectionately Jetza. So my middle name is my quiet place, it is the one that connects me with my tender part and with my childhood. And through it I give that loving and gentle version of me to other people when I already feel them part of my story.
I have a lot to tell about my name, what it has meant and how those ideas around it have transmuted with me throughout my life, but for now I will leave it here. My name is my mantra, I have listened to it throughout my life and I will continue to listen to it until the end and it has the powerful energy to concentrate all those I was, those I am and those I will be in the future. I hope you enjoyed the post, I say goodbye until next time.
Original content by the author.
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