Ah, ¡llegaron las vacaciones! Como padre que se ocupa de llevar a los niños al colegio a diario, ahora debería estar contento, ¿verdad? Pues no exactamente. Nos alegramos de que ya no sean las habituales prisas matutinas. Sin embargo, nos hemos dado cuenta muy pronto de que hay otro problema: conseguir que nuestros hijos no se aburran muchísimo.
Esperaba tener algo de tiempo para mí durante estas vacaciones, pero ya no. Mis dos hijos que van al colegio ya se sienten inquietos y sólo hace una semana que interrumpieron sus estudios. Es interesante lo rápido que "no hay colegio" puede convertirse en "me aburro" cuando nada estructura sus días.
La cuestión es que nuestros hijos están acostumbrados a este nivel de compromiso en la escuela de aprendizaje. Están acostumbrados a jugar con amigos, cantar canciones (con alguien que les dirija), escuchar cuentos y todo tipo de actividades educativas. Pero ahora están de vuelta en casa y esperan que les proporcionemos el mismo nivel de estimulación mental. ¡Qué presión!
He observado que mis hijos anhelan esas experiencias animadas e interactivas de las que disfrutan en el colegio. Tienen ganas de jugar, pero no cualquier cosa, sino diversión organizada con sus compañeros. Quieren que alguien les dirija cantando, lo cual no es exactamente de mi agrado. Y me sorprende aún más lo hambrientos que están de cuentos y lo mucho que echan de menos los deberes.
Ahora pensarás: "Ponles delante de la tele o dales pastillas". Créeme, lo he intentado. Pero esto es lo que he aprendido: los aparatos y las televisiones no sirven. Al menos hacen que se callen durante algún tiempo, pero nunca pueden sustituir a esas animadas actividades escolares en las que solían participar. Al poco tiempo, la ociosidad volverá a hacer acto de presencia y volveremos a estar como antes.
Esto es todo un golpe de realidad cuando te das cuenta de que no hay nadie en casa que haga todas estas cosas como se hace normalmente en las escuelas. No hay profesores normales ni compañeros que les entretengan e instruyan. Se espera que los padres seamos malabaristas que nos ocupamos de nuestros propios deberes al tiempo que nos convertimos en artistas y profesores a tiempo completo.
Para ser sincero, a mí también me ha resultado duro. ¿Cómo hacer que nuestros hijos estén ocupados en casa durante las vacaciones sin perder la cordura? El truco está entre proporcionar estímulos adecuados para sus mentes y tratar de encontrar la manera apropiada.
Mientras escribo esto, estoy barajando ideas. Quizá haya que crear un horario moderado en el que se puedan entremezclar actividades silenciosas y también otras más animadas. O mejor aún, podría organizarles algunas citas para jugar, de modo que puedan tener esa interacción con los demás que tanto echan de menos. O incluso intentar que aprendan y canten algunas canciones sencillas (Dios me libre) durante algunas canciones familiares.
Las vacaciones me han hecho comprender que la crianza de los hijos tampoco es una vacación sólo porque el colegio esté en receso. Es un trabajo a tiempo completo y, ahora más que nunca, tenemos que ser innovadores para mantener a nuestros hijos contentos, interesados y creciendo, incluso cuando no están en el colegio.
Brindo por todos los padres que se enfrentan al mismo reto. Estamos unidos en esta lucha contra el "me aburro" mientras esperamos poder arrebatar quizás segundos de ese sueño sobre un momento de relax en vacaciones. Así que deséenme suerte ahora mismo, porque creo que oigo a los niños venir a preguntarme "¿qué vamos a hacer esta noche?
DeepL Translate.
Ah, the holiday is here! As a father who is involved in taking children to school daily, I should be happy now, right? Well not exactly. We are happy that it is no longer our usual morning mad rush. However, we have come to realize so soon that there is another problem: ensuring that our kids don’t get extremely bored.
I was looking forward for some time for myself during these holidays though not anymore. My two children who go to school are already feeling restless and it’s just one week since they broke off from their studies. It is interesting how quickly “no school” can change into “I’m bored” when nothing structures their days.
The point is that our children have been used to this level of engagement at the school of learning. They are used to playing with friends, singing songs (with someone leading them), hearing stories and all kinds of educational activities. But now they’re back home and expect us to provide the same level of mental stimulation. Such a pressure!
I have observed that my kids yearn for such lively and interactive experiences they enjoy at school. They are in the mood to play but not just anything, rather, organized fun with their classmates. They want someone to lead them in singing which is not exactly my cup of tea. And it surprises me even more how hungry they are for stories and how much they miss their homework.
Now, you think, “Just put them in front of TV or give them tablets.” Believe me I have tried that. But here’s what I’ve learnt: gadgets and televisions just don’t do it. At least they go into silence for some time but never can replace those lively school activities they used to engage in. Soon after that, idleness will stage a comeback, and we’ll be right where we were before.
This is quite a reality check when you realize there is nobody at home who would do all this stuff as people normally do in schools. There aren’t regular teachers or roommates to entertain and instruct them. We parents are expected to be jugglers taking care of our own duties while also turning into full-time performers and teachers alike.
To be honest, it has proved tough on myself too. How can we make our children busy at home during holidays together with retaining our sanity? The trick is between providing suitable stimulation for their minds while trying to find an appropriate way.
As I am writing this, I’m currently considering ideas. Maybe we have to create a moderate schedule which can be intermingled with silent activities and more lively ones too. Or better still, I could organize some play dates for them so that they can get that interaction with others which they miss very much. Or even trying to learn and sing a few simple songs (goodness gracious me) during some family sing-a-longs.
Holiday has made me understand that parenting is not a vacation either just because school is on break. It’s a full-time job, and now more than ever, we have to be innovative in order to keep our kids happy, interested and growing, even when they are not at school.
So here’s to all those parents out there facing the same challenge. We are united in this struggle against “I’m bored” while hopefully snatching up perhaps seconds of that dream about a relaxing holiday moment. And so wish me luck right now, because I think I hear the kids coming to ask me ‘what are we going to do tonight?’
The picture attached is mine.
