Hola a la comunidad de holos&lotus, después de varias semanas de ausencia deseaba volver a reconectarme con ustedes y que mejor manera de hacerlo que a través de esta iniciativa que nos trae la amiga @charjaim donde se nos invita a recordar esa etapa estudiantil, en la cual vivimos diversas experiencias y conocimos personas maravillosas con quienes aún estamos en contacto y a quienes consideramos parte de la familia.
En la escuela Ramón E. Gualdrón junto a una compañera
Mis dos primeros años de escolaridad fueron un tanto accidentados, ya que cuando cursaba el primer grado nos mudamos a casa de mis abuelos maternos porque mi mamá debía cuidar a mi abuela que se hallaba enferma, por este motivo no pude culminar ese año escolar.
Debido a que nos mudamos a una nueva casa, el segundo grado lo inicié en otra escuela, esta fue Ramón E. Gualdrón, allí cursé el resto de mi primaria y los tres primeros años del bachillerato.
Esta nueva escuela me resultaba fascinante, pues patio de receso era inmenso y tenía muchos árboles, sin embargo, como de niña era tímida, a la hora del recreo me iba a la biblioteca para hojear los libros de cuentos y ver sus ilustraciones pasaba todo el rato allí hasta que sonaba el timbre, esto fue así hasta que conseguí una amiga del mismo grado a quien le parecía aburrido estar todo el rato en ese lugar mirando dibujos.
Fiesta de reencuentro con los compañeros de las escuela Gualdrón
La escuela Gualdrón al ser un ciclo básico combinado me dio la oportunidad de quedarme en la misma institución y además de continuar estudiando con mis compañeros de siempre, fueron años gloriosos para mí, pues la camaradería que habíamos desarrollado entre nosotros fue muy especial, aún hoy día la recordamos y de vez en cuando nos reunimos para revivir esos viejos momentos.
Los anteriores estudiantes del bachillerato del Gualdrón les pusieron apodos algunos de los profesores de los cuales no creo que se hayan podido deshacer con el tiempo, recuerdo que cierta ocasión llame a la directora encargada del ciclo básico por el sobrenombre que le habían impuesto, ya que se me olvido su nombre real de tanto decirle el otro, en ese momento quería que la tierra me tragará, vaya vergüenza que pase.
Luego de culminar este período me fui a estudiar el cuarto y quinto año al liceo Lisandro Alvarado la zona donde está ubicado este liceo es más tranquila no hay tanta concurrencia de personas, ni de autos, el cambio fue total.
A pesar de que el Liceo Lisandro Alvarado contaba con su propia cantina, a la hora del receso se les permitía a los estudiantes salir de sus instalaciones para comprar el desayuno, en esa época existían dos cafeterías muy populares que vendían unas empañadas chilenas deliciosas.
Obviamente, que la mayoría de los alumnos queríamos desayunar allí, pero lograr comprar una de esas empanadas antes de que sonará el timbre resultaba ser toda una odisea, por lo que los chicos más habilidosos recurrían a esa treta de gritar sonó el timbre, y en un santiamén el lugar quedaba casi desierto, puesto que los más incauto que salía corriendo hacia el liceo, porque una vez que la portera cerraba la puerta difícilmente se podía entrar.
En los días de examen mis compañeras hacían la chuleta en sus piernas o en el ruedo de sus faldas, admiraba su destreza y la seguridad con la que usaban estos recursos de apoyo, los cuales nunca quise utilizar por temor a ser descubierta.
Junto a mis compañeras de universidad
Hecho que si le ocurrió a uno de mis compañeros en la universidad, quien llevaba escrito en la visera de su gorra algunas de las respuestas del examen, la profesora a verle voltear sus ojos continuamente se la quito para abanicarlo, pues pensaba que algo malo le sucedía.
Es que sin duda alguna, la vida de estudiante es la mejor.
Hello to the holos&lotus community, after several weeks of absence I wanted to reconnect with you and what better way to do it than through this initiative that brings us the friend @charjaim where we are invited to remember that student stage, in which we lived various experiences and met wonderful people with whom we are still in contact and whom we consider part of the family.
At the Ramón E. Gualdrón school with a classmate
My first two years of schooling were somewhat eventful because when I was in first grade, we moved to my maternal grandparents' house because my mother had to take care of my grandmother who was ill, so I could not finish that school year.
Because we moved to a new house, I started second grade in another school, Ramón E. Gualdrón, where I attended the rest of my elementary school and the first three years of high school.
This new school was fascinating to me because the playground was huge and had many trees, however, as a child I was shy, at recess time I went to the library to browse through the storybooks and see their illustrations I spent all the time there until the bell rang, this was so until I got a friend from the same grade who found it boring to be all the time in that place looking at drawings.
The Gualdrón school being a combined basic cycle, allowed me to stay in the same institution and also to continue studying with my usual classmates, those were glorious years for me because the camaraderie that we had developed among us was very special, we still remember it today and from time to time we get together to relive those old moments.
Reunion party with the classmates of the Gualdrón school
The previous students of the Gualdrón high school gave nicknames to some of the teachers which I do not think they have been able to get rid of overtime, I remember that once I called the director in charge of the basic cycle by the nickname that had been imposed on her, since I forgot her real name from telling her the other one, at that moment I wanted the earth to swallow me, what a shame I had to go through.
After finishing this period I went to study the fourth and fifth years at the Lisandro Alvarado high school, the area where this school is located is quieter, there are not so many people or cars, and the change was total.
Although the Lisandro Alvarado High School had its canteen, at recess time students were allowed to leave its facilities to buy breakfast, at that time there were two very popular cafeterias that sold delicious Chilean empanadas.
Obviously, most of us students wanted to have breakfast there, but it was an odyssey to buy one of those empanadas before the bell rang, so the most skillful kids resorted to the trick of shouting the bell, the place was almost deserted, since the most incautious ones ran to the high school because once the doorkeeper closed the door it was difficult to get in.
On exam days, my classmates would copy possible answers on their legs or on the hem of their skirts I admired their dexterity and the confidence with which they used these props, which I never wanted to use for fear of being discovered.
with my college mates
A fact that happened to one of my classmates at the university, who had written on the visor of his cap some of the answers to the exam, the teacher saw him roll his eyes continuously and took it off to fan him because she thought something was wrong with him.
Without a doubt, student life is the best.
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