Conversar está en mi lista de gustos diarios, así que esta propuesta de «conversatorio» al cual nos invita nuestra amiga @damarysvibra, en la comunidad Holos& Lotus, llega muy oportuna para desarrollar un tema que es recurrente en nuestras vidas.
Invito a: @mariela53 y @maydelvalle a participar en el mismo.

Vinimos a ser felices, todo aquello que perturbe nuestra paz debe ser apartado de nuestra vida. No es fácil, y muchas veces es doloroso; pero cuando no se pueden solucionar las diferencias, porque una de las partes se niega a deponer su actitud, a razonar, a evaluar la situación con calma para llegar a una conciliación, se vuelve imperioso tomar decisiones.

Al comienzo de los problemas se trata de dialogar y esgrimir razones, pero llega un momento donde es necesario tomar conciencia y reconocer los daños emocionales que se nos pueden estar produciendo por no saber poner límites, al darnos cuenta de eso, simplemente decimos ¡Basta!. No somos de acero para aguantar situaciones absurdas o violentas que nos lastimen.

Yo solía utilizar una experiencia dolorosa que me ocurrió con un loro como ejemplo para aplicarlo en otras situaciones de la vida diaria. Un día fui a ponerle comida a mi loro, cuando este me agredió fuertemente con su pico y me hirió en la mano. Me dolió mucho y tardó en curarse, pero yo seguí poniéndole su alimento y atendiéndolo, pero con precaución, ya sabía que el loro mordía.

Cuando conocemos a las personas las vemos en sus diferentes facetas, y podemos reconocer que son violentas, gritonas, agresivas o dulces, pacientes y tiernas. Cuando alguien me muestra una característica negativa, hago como con el loro y dependiendo de la relación la sigo tratando pero con precaución porque ya sé a lo que puede llegar.

Lo mejor es dialogar, poner en práctica la inteligencia emocional, sentir la empatía, llegar a acuerdos y perdonar. Ese es el deber ser, pero hay personas que asumen el silencio, el victimismo o prefieren dejar que el tiempo solo cure las heridas.

El silencio en la relación

Una de las actitudes más absurdas e infantiles que conozco es esta. Parece la actuación de los niños en la escuela, «no le hables a Ramona, que no me prestó el lápiz». Hay personas que aprendieron ese comportamiento y lo aplican en su cotidianidad, algunos lo exageran y generalizan, tuvieron un problema en el trabajo y se vuelven mudos con todo el mundo.


El silencio es desgastante sobre todo si se vive con la persona que actúa de esa manera. Es un tiempo nulo donde la vida se altera, la atmósfera se vuelve pesada y tensa, no se sabe en qué momento va a romperse el hielo, que puede generar más tensión o soluciones a medias.

El victimismo

Es frecuente que las personas durante un intercambio verbal para la solución de un problema, opten por asumir el papel de víctimas, incluso algunos se buscan partidarios, contando a su conveniencia los hechos y hasta inventando situaciones que no han ocurrido, sin asumir responsabilidad personal en lo que está ocurriendo.

Esto que es realmente bochornoso, lo vemos incluso en personas mayores, lo que muestra su incompetencia para afrontar las situaciones que ha creado.

El tiempo como invitado a un conflicto

Dejar que el tiempo cure las heridas no resuelve nada, eso de pasar la página y seguir como si nada ha ocurrido, en mi caso, no funciona, porque me genera desconfianza no saber cuándo esta persona va a volver a crear una situación adversa.

La incertidumbre no es mi aliada, dejarle al tiempo la solución es apostar al futuro y yo soy del presente, en el ahora cuando estoy sintiendo lo que sea que sienta. Por ello la conversación en el momento es mi forma de atender las situaciones que ocurran. Si no lo puedo conversar, lo escribo, pero ya.

¿Podría dialogar con un loro o un perro que me muerda? o ¿atacarlo de la misma manera? Obviamente, no, ellos no tienen la capacidad para entender mis razones, pero una persona que me importe sí debería tenerla, un comportamiento diferente los coloca en el mismo lugar de los irracionales.

Cuando las conversaciones se agotan pero sobre todo cuando no soy feliz, cuando me siento enferma: la tensión sube, tengo taquicardia y mi vida está en riesgo es el momento de tomar decisiones que pueden ser poner distancia o cortar definitivamente con la relación.

Gracias por tu amable lectura.

Mi contenido es original
Imágenes de Pixabay con su respectiva fuente.

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Talking is on my list of daily tastes, so this proposal of "conversatorio" to which our friend @damarysvibra invites us, in the Holos& Lotus community, is very timely to develop a topic that is recurrent in our lives.
I invite: @mariela53 and @maydelvalle to participate in the conversatorio.

We came here to be happy, everything that disturbs our peace must be removed from our lives. It is not easy, and it is often painful; but when differences cannot be resolved because one of the parties refuses to give up their attitude, to reason, to evaluate the situation calmly in order to reach a conciliation, it becomes imperative to make decisions.

At the beginning of the problems, we try to dialogue and argue, but there comes a time when it is necessary to become aware and recognise the emotional damage that can be caused by not knowing how to set limits, and when we realise this, we simply say Enough! We are not made of steel to put up with absurd or violent situations that hurt us.

I used to use a painful experience that happened to me with a parrot as an example to apply to other situations in everyday life. One day I went to feed my parrot, when it attacked me strongly with its beak and hurt my hand. It hurt a lot and took a long time to heal, but I continued to feed it and take care of it, but with caution, as I knew that the parrot bites.

When we get to know people we see them in their different facets, and we can recognise that they are violent, loud, aggressive or sweet, patient and tender. When someone shows me a negative characteristic, I do as with the parrot and depending on the relationship I continue to treat them but with caution because I know what they can lead to.

The best thing is to dialogue, to put emotional intelligence into practice, to empathise, to reach agreements and to forgive. That is the way it should be, but there are people who assume silence, victimhood or prefer to let time alone heal the wounds.

Silence in the relationship

One of the most absurd and childish attitudes I know is this. It sounds like the behaviour of children at school, "don't talk to Ramona, she didn't lend me her pencil". There are people who have learned this behaviour and apply it in their daily lives, some exaggerate it and generalise it, they had a problem at work and they become mute with everyone.

Silence is exhausting, especially if you live with the person who acts that way. It is a null time where life is disrupted, the atmosphere becomes heavy and tense, you don't know when the ice will break, which can lead to more tension or half-baked solutions.

Victimisation

It is common that during a verbal exchange to solve a problem, people choose to assume the role of victims, some even seek supporters, telling the facts at their convenience and even inventing situations that have not occurred, without taking personal responsibility for what is happening.

This is really embarrassing, and we see it even in older people, which shows their incompetence in dealing with the situations they have created.

Time as a guest in a conflict

Letting time heal the wounds does not solve anything, turning the page and continuing as if nothing has happened, in my case, does not work, because it generates distrust in me not knowing when this person is going to create an adverse situation again.

Uncertainty is not my ally, leaving the solution to time is betting on the future and I am of the present, in the now when I am feeling whatever I feel. That is why conversation in the moment is my way of dealing with the situations that occur. If I can't talk it out, I write it down, but now.

Could I have a dialogue with a parrot or a dog that bites me, or attack it in the same way? Obviously not, they don't have the capacity to understand my reasons, but a person I care about should, different behaviour puts them in the same place as the irrational.

When conversations run out of steam, but above all when I am not happy, when I feel sick: tension rises, I have tachycardia and my life is at risk, it is time to make decisions, which can be to put distance or to cut off the relationship for good.