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Español
Cuando me hablan de la lluvia, siempre vienen a mí muchos recuerdos de la niñez, donde en varias ocasiones, la protagonista principal fue la lluvia. En mis primeros años, estuve con mi abuela en un pueblito de mi país, donde hay vegetación variada y abundante; casi todas las casas del pueblo, tenían un patio trasero en que, generalmente, había plantas, árboles y algunos animales domésticos.
En nuestro caso, mi abuela criaba gallinas y tenía un perro grande al que llamaba Kaliman, él tenía su propia casita al fondo del patio; siempre era muy gracioso, cuando todos los días mi abuela iba a darle comida a las gallinas y a ponerle comida a Kaliman, pues en el camino iba hablando con sus animales.
Este era un ritual que ella tenía todos los días y los animales parecían que la entendían y le contestaban, sobre todo Kaliman, pero cuando llovía era un tema, porque mi abuela se colocaba por la puerta trasera de la casa, la que daba hacia al patio a llamar a las gallinas, para que vinieran a comer, entonces se metían hasta la cocina en ocasiones.
Y cuando eso sucedía, era muy divertido ver a mi abuela pelear con ellas y corretearlas para afuera. Con Kaliman, era diferente porque él se metía a su casa y no salía, en ese caso a mi abuela no le quedaba otra que buscar un paraguas, agarrar la taza con la comida de Kaliman e ir por todo el camino refunfuñando ja, ja, ja.
En una ocasión, resbaló en el barro, se cayó botando todo lo que llevaba en las manos y se levantó toda sucia de tierra, de barro. Yo me quería reír, pero mi abuela odiaba que se burlaran de ella, pero esta vez ella misma se rio de ella, entonces todos los de la casa en coro nos pudimos reír a gusto, pero eso sí le dijo a Kaliman: “ahora te esperas a que escampe, porque por salir a darte comida me caí, allí te quedas”.
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Recuerdo que le decía: “abuela, Kaliman no te entiende” riéndome, pero ella decía: “claro que si lo hace” y en verdad pareciera que así fuese ja, ja, ja. Otro recuerdo que viene a mi mente, era que cuando llovía, a veces, acostumbraban a jugar pelota de goma todos los niños de la calle, los más grandes y los más pequeños salíamos a bailar bajo la lluvia, no era todo el tiempo, que me dejaban.
Pero hubo ocasiones en que si logre disfrutar de esas esperadas salidas con mi tía menor, que en aquel tiempo estaba adolescente. Era todo tan sano y divertido, que ahora que estoy escribiendo al respecto y es que están viniendo a mi tantos recuerdos, que creía olvidados y me doy cuenta de lo afortunada que fui en mi niñez al disfrutar de esos días.
Ya cuando crecí y era adolescente, para mí la lluvia era sinónimo de relajación y si estaba en casa era propicio para una rica siesta, pero también eran los momentos en que reflexionaba, acerca no de lo que tenía pendiente a manera rutinaria, sino acerca de mí misma, de cómo me sentía a nivel personal, si estaba feliz o triste, en aquellos tiempos junto a una taza de chocolate o café con leche con unas galletas o pan.
Esa sensación era la mejor, la de estar en casa, protegida, calentita y con mis pensamientos. Hasta la fecha sigue siendo unas de mis rutinas que he mantenido y que les he “heredado” a mis hijos. Hoy en día, la lluvia para mí es sinónimo: de hogar, de intimidad, de quizás una tarde de películas y una rica merienda para acompañar mi café.
Cuando llueve, siempre le doy gracias a Dios por tener un techo sobre mi cabeza, para mí y mi familia, por tener con quien compartir esas meriendas y tener una cama tibia que me espera; aunque también pienso en las personas que están en situación de calle y que no tienen la bendición de tener un hogar; en ese momento también pido por ellos y por los que tienen riesgo en sus casas y los terrenos que las rodean y que puedan sufrir un percance, pues se ha dado bastante en tiempos de lluvia en mi ciudad.
Poniendo aparte estos puntos, puedo decir que me fascina la lluvia y el olor a tierra mojada, es una de las mejores sensaciones con las cuales se activan mis sentidos, mis pensamientos, mis emociones. La lluvia hace que me conecte con mi alma y con la tierra misma, me hace sentir viva, que estoy, que existo que pertenezco a este maravilloso mundo y que soy parte de el, formando un todo, en esos momentos cuando llueve, todo es perfecto y sereno.
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Pasando por mis comunidades preferidas, me consigo con este reto que de una vez me impulso a participar en él, por la temática tan interesante que plantea. Invito a mis amigas @popurri y @evev a participar.
English
When people talk to me about the rain, many childhood memories always come to me, where on several occasions, the main protagonist was the rain. In my early years, I was with my grandmother in a small town in my country, where there is varied and abundant vegetation; almost every house in the town had a backyard where, generally, there were plants, trees and some domestic animals.
In our case, my grandmother raised chickens and had a big dog she called Kaliman, he had his own little house at the back of the backyard; it was always very funny, when every day my grandmother would go to feed the chickens and put food for Kaliman, because on the way she would talk to her animals.
This was a ritual that she had every day and the animals seemed to understand her and answered her, especially Kaliman, but when it rained it was an issue, because my grandmother would go to the back door of the house, the one that led to the backyard to call the chickens, so that they would come to eat, then they would go into the kitchen sometimes.
And when that happened, it was a lot of fun to watch my grandmother fight with them and run them around outside. With Kaliman, it was different because he would go into his house and not come out, in that case my grandmother had no choice but to get an umbrella, grab the cup with Kaliman's food and go all the way grumbling ha, ha, ha, ha.
On one occasion, she slipped in the mud, fell down throwing everything she was carrying in her hands and got up all dirty with dirt and mud. I wanted to laugh, but my grandmother hated to be made fun of, but this time she herself laughed at her, then all of us in the house in chorus could laugh at ease, but she told Kaliman: "now you wait until it rains, because for going out to give you food I fell, there you stay".
I remember I told her: "Grandma, Kaliman doesn't understand you" laughing, but she said: "of course he does" and it really seemed that way ha, ha, ha, ha. Another memory that comes to my mind, was that when it rained, sometimes, all the kids in the street used to play rubber ball, the older and the younger ones went out to dance in the rain, it was not all the time, that they let me.
But there were times when I did manage to enjoy those long awaited outings with my younger aunt, who was a teenager at the time. It was all so healthy and fun, that now that I am writing about it, so many memories that I thought I had forgotten are coming back to me and I realize how fortunate I was in my childhood to enjoy those days.
When I grew up and was a teenager, for me the rain was synonymous of relaxation and if I was at home it was propitious for a nice nap, but they were also the moments when I reflected, not about what I had pending in a routine way, but about myself, about how I felt on a personal level, if I was happy or sad, in those times with a cup of chocolate or coffee with milk with some cookies or bread.
That feeling was the best, the feeling of being at home, protected, warm and with my thoughts. To this day it is still one of my routines that I have kept and that I have "inherited" to my children.
Today, rain for me is synonymous with: home, intimacy, perhaps an afternoon of movies and a delicious snack to accompany my coffee.
When it rains, I always thank God for having a roof over my head, for me and my family, for having someone to share those snacks with and for having a warm bed waiting for me; although I also think of the people who are homeless and who do not have the blessing of having a home; at that moment I also pray for them and for those who are at risk in their homes and the land surrounding them and may suffer a mishap, as it has happened quite a lot in times of rain in my city.
Putting aside these points, I can say that I love the rain and the smell of wet earth, it is one of the best sensations with which my senses, my thoughts, my emotions are activated. The rain makes me connect with my soul and with the earth itself, it makes me feel alive, that I am, that I exist, that I belong to this wonderful world and that I am part of it, forming a whole, in those moments when it rains, everything is perfect and serene.
Going through my favorite communities, I come across this challenge that once and for all prompted me to participate in it, because of the interesting theme it raises. I invite my friends @popurri and @evev to participate.
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