Reflexiones (in)necesarias 056: "El peso de las palabras", por bonzopoe

Soy parte de un club de lectura, y tenemos un grupo de WhatsApp para comunicarnos. Un día una miembro del grupo cumplía años y varios propusimos reunirnos para celebrarlo, por lo que otra integrante del grupo creó otro grupo en WhatsApp para que los interesados pudiéramos organizarnos sin saturar de mensajes al grupo principal.

El grupo cumplió con su función, pero lo curioso es lo que pasó después con él. Y lo que sucedió, tristemente por un tiempo al menos, es que se volvió en un sitio para hablar a espaldas de los demás miembros del club, los que forman parte solo del grupo principal. Ante esta situación me limité a participar solo cuando se trataba de temas de mi interés, como otras reuniones que se llevaron a cabo para festejar a otros miembros.

No me sentí cómodo con el giro que tomó el grupo, y me sorprendió la facilidad con que, desde el anonimato y seguridad que este les daba, hablaban con gran ligereza de algunos miembros del club. Pero creo que lo que más me sorprendió fue cuando un integrante dijo algo así como "Aquí donde todos odiamos a Manuel".

Yo creo que hay palabras que no se deben mencionar a la ligera, y una de ellas es 'odio', en todas su variedades. Lo triste es que no solo esta persona, sino muchas, muchísimas, no son conscientes del peso del significado de muchas palabras, y las usan tan a la ligera que asusta.

Creo que esto tiene que ver con muchas cosas más aparte de la ignorancia. Considero que tiene que ver con la polarización de la sociedad actual y el reduccionismo que vivimos. La facilidad con que usamos adjetivos calificativos como 'misógino', y 'homofóbico', por mencionar solo un par de los más fuertes, es pasmosa.

Basta con no estar de acuerdo con algo o alguien, para que se te adjudiquen los calificativos más infames, como si un punto de vista expresado pudiera definir y englobar todo lo que eres. Y son calificativos con una carga significante enorme de la que no se que tan conscientes sean aquellos que las usan tan indiscriminadamente.

En un instante, reducimos, o podemos ser reducidos, incluso por una simple mala interpretación, a algo que no somos, o no nos define del todo, y una vez pronunciada la palabra, sea o no con fundamento, no hay mucho que hacer al respecto, la bala ha sido disparada e irá a parar a alguna parte.

Esto no solo aplica a palabras de connotación negativa, sino también a palabras que podemos considerar no solo positivas, sino aparentemente inofensivas e incluso deseables. Palabras como 'Amo', 'Adoro' y 'Necesito', por solo mencionar algunas, también se usan con una ligereza no antes vista.

"Necesito el nuevo disco de Black Pink", en realidad quiere decir "Quiero muchísimo tener el nuevo disco de Black Pink". La realidad es que mucho de lo que decimos necesitar son solo cosas que queremos tener, pero que en realidad no necesitamos. Lo necesario es algo imprescindible, indispensable, y a veces incluso algo insustituible, no es algo superfluo que no aporta nada relevante a nuestra vida, más que la satisfacción egoísta de poseerlo.

En la actualidad tendemos a minimizar el significado de muchas palabras, y las usamos como sinónimos de otras, o en contextos en que se quedan cortas o están de más. La ligereza y falta de seriedad de nuestro uso del lenguaje en redes sociales se ha trasladado a la manera en que nos expresamos en al vida diaria, y no precisamente para bien.

La exageración o minimización de lo que queremos expresar con muchas palabras no siempre corresponde al significado real de estas y todo lo que implican, y al degradar su uso, degradamos su peso, su valor, su significado y al lenguaje mismo.

Ahora nos apoyamos en emoticones de corazones, caritas felices y demás para expresar emociones, incluso cuando escribimos en medios físicos y no en digitales, como si las palabras no fueran suficientes por si mismas de expresar lo que deseamos. Lo que pasa es que no somos conscientes de todo su significado, no las conocemos y/o no sabemos expresarnos con ellas.

Las palabras, tanto las positivas como las negativas tienen el peso que les da su significado, y deben usarse con propiedad de acuerdo a este, respetemos su valor y usémoslas correctamente aquellos que escribimos, o que por de ser de otras generaciones estamos más relacionados con ellas.

Demos el ejemplo en la práctica, e independientemente de que tenga eco o no, al menos no seamos parte de este desatino cada vez más generalizado de no usar con propiedad, no solo palabras de enorme peso, sino el lenguaje mismo. Muchas gracias por su lectura y hasta la próxima.

Si llegaste hasta acá muchas gracias por leer este publicación y dedicarme un momento de tu tiempo. Hasta la próxima y recuerda que se vale dejar comentarios.