Tenía una bufanda de verano, muy ligera y con un estampado muy sencillo pero es que llevar algo negro al rededor del cuello no me agradaba mucho y para cubrirme del sol prefería un color mas claro (Es sabido que el color negro absorbe más calor que el blanco que suele reflejarlo)
Decidí visitar a mamá que es costurera en sus tiempos libres y aunque no ejerce es suficientemente buena e imaginativa para hacer cosas muy bonitas. Así que llegué con la brillante idea de convertir mi bufanda en una falda larga y mamá aceptó el reto.
Dobló la bufanda en dos y cortó dos tramos de tela.
Luego buscó una elástica muy delgada con 2 pulgadas y media de ancho que sujetarían todo a la cintura.
Cosío los dos tramos de la tela a los dos tramos de la elástica cuidando de dejar un fruncido equilibrado en la tela.
Cosió los dos costados de lo que ahora se convertiría en una ligera falda de verano.
Listo, era una tarea de muy pocos minutos. Por supuesto, al ser la fibra muy delgada y transparente debe usarse un fondo.
Se puede reutilizar, reinventar y rehacer una vieja prenda para convertirla en algo realmente maravilloso que pueda tener protagonismo.
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