Coplas en mis setenta años.

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Coplas en mis setenta años.

Hoy he acaricio la cuenta
que estimo es un privilegio
que me otorga el Señor regio,
y es llegar a los setenta.

¡Cómo no elevar la voz
para el agradecimiento
con muy grande sentimiento
para mi querido Dios!

"Setenta años no es un día",
dice en alguna expresión
"La Leyenda del Horcón"
en una sentencia fría.

He reído y he llorado
a través de la existencia
en un mar de turbulencia
o en un río sosegado.

Mi cuatro -gran compañero-
nunca me echa al abandono
y me brinda cada tono
jubiloso o lastimero.

Amo la vida y su gente
con defectos y virtudes
y recibo mil aludes
de alabanza complaciente.

Setenta años es edad
que una corona semeja
sin significar que es vieja
la data de cantidad.

Los niños son mi universo
y a Dios se lo retribuyo
pues son mi profundo orgullo
a todos les doy mi verso.

He aprendido últimamente
a querer al mundo autista
que figuran en mi lista
con su luz resplandeciente.

Yo siempre derrocho humor
dondequiera que me encuentro
y el afecto es epicentro
de todo lo que es amor.

Ni venganza ni rencor
cobijo en el pecho mío
y para todos ansío
felicidad y vigor.

Siento mucho regocijo
por esos bonitos nietos
que con cariños completos
me ha traído mi buen hijo.

Voy con guáramo adelante
frente a algún reto que sea
y contra viento y marea
me convierto en un marchante.

Setenta años he cumplido
todo lleno de experiencias
entre gustos y querencias
que en amor he recibido.

Entre fortuna y desliz
puedo decir con certeza
que por mi naturaleza
he sido un hombre feliz.

Imágenes propias.

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Ecency