Me gustaba mucho jugar cuando era niña, aún me gusta, tengo 4 hermanos y 3 hermanas, tenía muchas opciones de donde escoger para jugar, podía disfrutar jugando tanto con niños como con niñas, metras, fútbol, pelota, muñecas, juegos de mesa, la casita, la cocinita...
Ufff infinidad de alternativas, pero mi favorito, al que le dediqué más tiempo y esmero, fue el papagayo, así lo llamamos en Venezuela, sé que en México se les llama papalote, no sé cómo será en el resto de los países, pero para evitar confusiones aquí muestro una foto del que hice hoy.
Era impresionante la pasión que mostraba por este juego, podía pasar horas y horas haciéndolo y nunca me cansaba de ello, yo misma los hacía, mi hermano mayor me enseñó, aunque seguía todas las instrucciones al pie de la letra, confieso que era difícil que me volaran.
Nunca entendí por qué ocurría eso, realizarlos tiene su ciencia, pues los palitos que se usan deben ser ligeros, el forro puede ser plástico o papel, de igual forma muy ligeros y debe tener una cola de tela acorde a su tamaño y su peso. Se deben realizar con precisión y deben tener cierta simetría.
Yo estaba atenta a no saltarme ningún paso, pero aun así era difícil que me volaran, sin embargo, yo podía pasar horas intentándolo, días, hacía otro y nada, igual no me detenía, era impresionante mi perseverancia.
Algunas veces me volaron lejos y no se imaginan lo feliz que eso me hacía sentir, era tal satisfacción y tal plenitud que si hubiese podido habría congelado esos momentos para volverlos a vivir.
Claro, ahora recuerdo, que para su elaboración tenía algunas limitantes, no podía comprar los palitos especiales que se usan para ello, en Venezuela se les llama veradas. Así que, usaba el centro de las matas de cambur cuando ya están secas o algunas espigas secas para hacer mis papagayos, y los forraba con bolsas de plástico, quizás ese era el problema o tal vez yo no sabía volarlos.
Recuerdo que una vez me encontré un pedazo de verada de tamaño suficiente para hacer un papagayo pequeño y estaba realmente feliz, hacerlos con ese material hacía una gran diferencia, tanto en la estética como en los resultados.
Hoy quise darle un regalo a mi niña interior y compré una verada, que felicidad que por la zona donde vivo aún las vendan, me costó tan solo 10Bs. (0.35$) y también compré papel de seda, que no me podía permitir cuando era niña, pero esta vez pude hacerlo, también es económico. Lo demás lo tenía en casa, pegamento, hilo, pabilo y tela o cinta para la cola.
Me relajé mucho haciéndolo y recuerdos vinieron a mi mente, como, por ejemplo, cuando hablaba con mis papagayos y les preguntaba por qué no querían volar o a veces los regañaba para que lo hicieran.
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También recordé cuando algunas niñas me gritaban ❝marimacho❞, porque ese juego generalmente se asocia con los niños y realmente a las niñas les gusta poco. Mi hermana menor con quien jugaba mucho y siempre estábamos juntas, odiaba cuando yo decidía hacer un papagayo, a ella no le gustaba ese juego.
Claro, también jugaba con ella a las muñecas y otras cosas, pero una gran parte de mi niñez la pasé volando papagayos, o intentando hacerlo. Hoy traté de hacer uno como me hubiese gustado cuando era niña, no me esmeré tanto, aunque sí lo disfruté y sé que mi niña interior también.
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Ya tenemos nuestro papagayo, quizás la próxima vez que vaya a la playa lo vuele allá, estoy segura que este sí volara y mi niña interior y yo estaremos muy felices de verlo por las alturas.
Gracias por leer 😉
Imágenes de mi galería personal.
English
I liked to play when I was a child, I still do, I have 4 brothers and 3 sisters, I had many options to choose from to play, I could enjoy playing with both boys and girls, metras, soccer, ball, dolls, board games, the little house, the little kitchen....
Ufff endless alternatives, but my favorite, to which I dedicated more time and care, was the parrot, so we call it in Venezuela, I know that in Mexico they are called papalote, I do not know how it will be in the rest of the countries but to avoid confusion here I show a picture of the one I made today.
It was impressive the passion I showed for this game, I could spend hours and hours doing it and I never got tired of it, I made them myself, my older brother taught me, although I followed all the instructions to the letter, I confess that it was difficult for me to get them to fly.
I never understood why that happened, I understand that making them has its science, because the sticks used must be light, the lining can be plastic or paper, also very light and must have a fabric tail according to its size and weight. They must be made with precision and must have a certain symmetry.
I was attentive not to skip any step, but even so it was difficult to fly me, however, I could spend hours trying, days, did another and nothing, I still did not stop, it was impressive my perseverance.
Sometimes they flew me far away and you can't imagine how happy that made me feel, it was such a satisfaction and such fullness that if I could have frozen those moments to live them again.
Of course, now I remember that I had some limitations for its elaboration, I could not buy the special sticks that are used for it, in Venezuela they are called veradas. So, I used the center of the cambur bushes when they are already dry or some dried ears of corn to make my parrots, and I lined them with plastic bags, maybe that was the problem or maybe I didn't know how to fly them.
I remember once I found a piece of verada big enough to make a small parrot and I was really happy, making them with that material made a big difference, both in aesthetics and results.
Today I wanted to give a gift to my inner child and I bought a verada, what a happiness that in the area where I live they still sell them, it cost me only 10Bs (0.35$) and I also bought tissue paper, which I could not afford when I was a child, but this time I could do it, it is also economical. The rest I had at home, glue, thread, wick and fabric or tape for the glue.
I relaxed a lot doing it and memories came to my mind, like, for example, when I would talk to my parrots and ask them why they didn't want to fly or sometimes scold them to fly.
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I also remembered when some girls would yell "tomboy" at me, because that game is usually associated with boys and girls really don't like it very much. My younger sister with whom I played a lot and we were always together, hated it when I decided to make a parrot, she didn't like that game.
Sure, I also played dolls and other things with her, but a big part of my childhood was spent flying parrots, or trying to. Today I tried to make one as I would have liked when I was a child, I didn't try so hard, although I did enjoy it and I know my inner child did too.
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We already have our parrot, maybe next time I go to the beach I will fly it there, I am sure this one will fly and my inner child and I will be very happy to see it soaring.
Thank you for reading 😉
Images from my personal gallery.