El día de hoy participo en esta iniciativa con la pregunta número 2, porque realmente vivencie un hecho muy doloroso en este año que pronto culmina. La muerte de mi madre. Acuñar el termino muerte no es de mi agrado, prefiero usar la palabra “trascender “o “volverá casa”.
Releyendo la pregunta pasa por mi mente el preciso momento de su partida como si lo estuviese viviendo, con la diferencia que ya no con tanto dolor. Sin embargo, su ausencia golpea mi corazón si siente un vacío, como un hueco. A veces paso el día tan ocupada que no pienso en el hecho. Pero hay días que cualquier cosa me la evoca, y quisiera ir a su habitación y creer que está allí para volverla a abrazar y darle de besitos. Son esos días que mi niña interior clama a gritos a su mama.
Sabía que mi mama iba a trascender en cualquier momento, ella padecía de un cáncer terminal, los últimos meses era inquietante su condición con las asfixias recurrentes, que debíamos correr. Sabía que debía prepararme para ese momento, y atendí que nadie lo está por mucho que lo intente.
Hacia 27 años que mi padre trascendió, yo apenas tenía 20 años y solo veía como sus hermanos y el resto de mi familia se encargaba de los gastos fúnebres y todo eso. Ahora mi enfrentaba a otro dolor y considero que uno di los más grandes. Sentía que no sabría cómo afrontarlo, pero al final te das cuenta que cada quien lo hace de una manera diferente, pues no existe una receta.
Mi mama partió de este plano el 7 de noviembre, 3 días después de su cumpleaños a los 74 años de edad.
Hay quienes hablan de vivir el duelo y que es necesario hacerlo, pensé que yo omitiría ese paso, leí mucha literatura al respecto y me di cuenta que si lo había hecho, no de forma consecutiva, no sistemática.
Solo puedo decir que acepte la realidad de que mi madre ya no estaba en este plano y estoy aprendiendo a vivir con su ausencia.
Recuerdo los momentos buenos y no tan buenos que viví junto a ella, y cuando quiero conectarme con ella lo hago desde el amor. Y siento su presencia porque aprendí a vivir con la ausencia dc mi madre. Me tomé la tarea de encontrar sentido a todo, descubrir cual es la bendición detrás del dolor .
Para cerrar me resta decir que mi madre fue y será el ser mas extraordinario, lo más grande para mí, honro su grandeza.
Today I am participating in this initiative with question number 2, because I really experienced a very painful event in this year that will soon end. The death of my mother. Coining the term "death" is not to my liking, I prefer to use the word "transcend" or "will return home".
Rereading the question, the precise moment of her departure crosses my mind as if I were living it, with the difference that not with so much pain. However, his absence strikes my heart if it feels empty, like a hole. Sometimes I spend the day so busy that I don't think about the fact. But there are days that anything evokes her, and I would like to go to her room and believe that she is there to hug her again and give her kisses. Those are the days when my inner child cries out for her mother.
I knew my mom was going to transcend at any moment, she was suffering from terminal cancer, the last few months her condition was unsettling with the recurring asphyxiations, that we had to run. I knew I had to prepare myself for that moment, and I realized that no one ever is no matter how hard they try.
It had been 27 years since my father transcended, I was barely 20 years old and just watched as his siblings and the rest of my family took care of the funeral expenses and all. Now I was facing another pain and I consider it to be one of the biggest. I felt that I would not know how to deal with it, but in the end you realize that everyone does it in a different way, because there is no recipe.
My mother departed from this plane on November 7, 3 days after her birthday at 74 years of age.
There are those who talk about living the mourning and that it is necessary to do it, I thought that I would skip that step, I read a lot of literature about it and I realized that I had done it, not consecutively, not systematically.
I can only say that I accepted the reality that my mother was no longer in this plane and I am learning to live with her absence.
I remember the good and not so good moments I lived with her, and when I want to connect with her I do it with love. And I feel her presence because I learned to live with my mother's absence. I took on the task of finding meaning in everything, discovering what is the blessing behind the pain.
In closing I can only say that my mother was and will be the most extraordinary being, the greatest thing for me, I honor her greatness.
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