La educación siempre ha sido uno de los puntos a considerar por las naciones, los gobiernos y la economía de un país, si se preguntan el por qué de esto, la respuesta es sencilla, mientras más ciudadanos sean formados mayor posibilidad habrá de mover el sistema productivo de un país, sobre todo porque los sectores primarios son importantísimos pero no los únicos en este engranaje llamado mercado.
¡Pero!, ¿Qué pasa cuando el sistema educativo es obsoleto?, ¿ Qué destino tendrá un país cuando la formación no va casada con las necesidades de este?, ¿Qué impacto tiene en el ciudadano la educación como última opción?
Sistema productivo de un país versus educación ¿Qué relación tienen?
Quizás te estés preguntando ¿Qué relación tiene el sistema productivo de un país con su sistema educativo?
Lo primero que quiero aclarar es que ambos tienen mucha relación, de allí la importancia en planificar que tipo de ciudadanos o profesionales se formarán, la idea de sacar el mejor provecho de acuerdo a las potencialidades de un país es crucial para que un país se vuelva fuerte, invierta en educación, y en lo que necesita para ser independiente.
Un pasado de posibilidades
El pasado tiene una gran ventaja en comparación con las otras dos divisiones de tiempo y justamente es que en el pasado nada existe, todo debe crearse, todo es nuevo y justamente por eso las posibilidades sobran.
En el sistema educativo del pasado pasó ciertamente igual, las universidades de Venezuela tenían carreras prometedoras, las teorías conductivista eran bien vistas porque calzaban con el momento, había que aprender de una única manera porque no habría otra forma.
Cualquier carrera era importante y tenía demanda en el mercado, eran necesarios los administradores, abogados, médicos, contadores, ingenieros, todos eran bienvenidos ante un gran sistema productivo que tenía mucho que ofrecer.
Teníamos una gran cantidad de explotación de recursos naturales, la mayoría de ellas para ofrecerlas en exportación, pero se les olvidó formar técnicos o especialistas en muchas cosas, y de allí nos enfrentamos a un gran monstruo:
"Se exportaban grandes cantidades de hierro a precio bajo y se compraban clavos a un precio relativamente alto en comparación a la materia prima, ya que no sabíamos hacer clavos".
Un futuro poco prometedor
Y como si no fuera poco, nuestro sistema educativo siguió formando ciudadanos en las mismas especialidades, y el país se llenó de más profesionales que cosas para producir, porque las explotaciones naturales por naturaleza tienden a extinguirse y de paso no existía personal capacitado para cosas específicas.
Aun así, los cambios en el sistema educativo no se hicieron presente, teníamos a generaciones diferentes, con un proceso de aprendizaje diferente, una economía particular e inusual y seguimos haciendo las cosas de la misma manera en todos los sentidos: en educación, en producción, en el mercado.
Nos hicimos muchos para tan poco.
Es momento de cambiar
Debemos dar a cada uno su momento y dejar el pasado atrás, en aquel entonces sirvió pero ya no, el sistema educativo debe renovarse, el sistema de enseñanza aprendizaje no puede seguir siendo conductivista, no podemos formar de la misma manera, en las mismas carreras, los pensum universitarios deben variar, se deben crear carreras acordes a lo que necesitamos para empezar a producir nuevamente, en tiempos más inmediatos.
Los cambios deben ser mayores y más pensados que un tiempo que ya pasó y otro que aun no existe.
Los salones de clase deben ajustarse, el pensamiento debe reformarse, debemos terminar de despedirnos de aquellas concepciones obsoletas de un paradigma educativo moribundo.
Debe fortalecerse la investigación y extensión universitaria, el sistema empresarial y productivo debe casarse con el sistema educativo y juntos parir los profesionales que construirán un nuevo país.
El primer paso siempre es el más difícil pero debe darse, los docentes de vocación dirán ¡Si!, los otros deben buscar otras ocupaciones a que dedicarse, se requiere pasión y compromiso para construir bases sólidas que nos harán mejores ciudadanos y mejores profesionales. Espero poder vivir para ver esos cambios. Estaré atenta para el llamado.