Somos dueños de nuestras emociones, como buenos padres debemos darle educación, orientarlas, canalizarlas y encauzarlas.
Como seres racionales, nos encontramos en plena capacidad para tomar el control ante cualquier acontecimiento, las emociones no son de uso exclusivo para un grupo, inevitablemente muchos nos hemos encontrado en situaciones que de manera inesperada afectan nuestro sistema nervioso y estas a su vez, impulsan a nuestras emociones a tomar cartas en el asunto. Como diría mi abuela amada "mejor gritar a que me vaya a dar algo" esto lo hago como referencia cuando en alguna ocasión se ha colado un ratón en casa (ella le teme demasiado).
Sí, ciertamente las emociones toman posesión de nosotros más seguido de lo que muchos podamos desear, experimentarlas y darles espacio en nuestras vidas son la mejor manera de entenderlas y seguidamente saber cómo tomar el control. No sólo por nuestro bienestar, muchas veces, incluso si se hace de manera inconsciente; afectamos al mismo tiempo a nuestro entorno, a los que forman parte de él y ¡ojo!, esto incluye hasta a nuestras mascotas, que también son seres totalmente receptivos.
Puedo recordar hace poco más de seis años, teníamos una gata siamés, mi hijo mayor tendría para entonces unos tres años... Cada vez que mi hijo lloraba, fuera cual fuese el motivo, Luna (la gata) se acercaba a él y como si lo consolara le pasaba su cabeza por la barriga y le acariciaba al tiempo que maullaba en señal de preocupación, la verdad esto era muy curioso, pero el hecho está en que la emoción que podría estar experimentado mi hijo afectaba de algún modo a nuestra gata.
Apoyandome en la anécdota contada anteriormente, puedo afirmar, de manera comprobada que todas nuestras emociones tienen el poder de hacer un cambio en los demás, bien sea si estamos tristes, enojados o muy felices. Otro ejemplo para completar la idea sería... Recientemente falleció una amiga de la familia a consecuencia del virus COVID-19, mi abuela y ella eran amigas muy íntimas, esta noticia por supuesto devastó a la familia, recuerdo acercarme a mi abuela y abrazarla, ella sólo rompió en llanto y en silencio me quedé como apoyo a su dolor. Llorar es parte de la medicina ante algún tipo de sentimiento depresivo, siempre recomiendo hacerlo, llorar, gritar, liberar y experimentar todo lo que se pueda sentir, siempre cuidando no llegar al punto de hacer daño a nadie, ni física, ni emocionalmente; aunque esta segunda es mucho más difícil si las personas que nos acompañan son netamente empáticas.
Adentrándome más a mis emociones, a mis propias experiencias, he pasado por diferentes etapas y en este punto de la vida puedo afirmar que poseo absoluto control sobre la mayor parte de mis emociones. Fácilmente puedo identificar tanto mis cambios emocionales como los de las personas queme rodean, incluso si estos son en pro a algo negativo... Hace un par de meses tomando el tren de vuelta a casa un poco pasadas las 22:00 horas, subieron en determinada estación dos personas que fácilmente denotaban sus intenciones de asaltar a los usuarios en aquel vagón, uno de ellos se sentó frente a mí y me fijó la mirada mientras observaba con nerviosismo a su alrededor. Pude contener el temor que esta situación pudiese generarme y me encontraba completamente preparado a que pasara cualquier cosa, más sin embargo, me mantuve firme y controlando cualquier emoción, sé que esto es esriezgoso ante dicha situacion pero siempre he pensado que dejarse dominar por el miedo se convierte en el arma más poderosa de esta clase de personas.
He llorado (y mucho), he sentido el amor en su máximo esplendor, me he podido convertir en un apoyo para algunos amigos que han depositado su confianza en mí para desahogarse sin ser juzgados o señalados, así como de manera recíproca ellos también han sido gran fuente de apoyo ante las adversidades que puediesen devenirme.
He estado en medio de fuego cruzado, temblores, situaciones realmente de mucho peligro y he sabido en el 90% de los casos controlar mis emociones y actuar racionalmente para alejarme y alejar a cuantos pudiese del peligro que esto implique. Tengo la capacidad de reconocer mis emociones y manejarla según sea conveniente.
Mi invitación a todos es, permitanse sentir, experimentar todas las emociones, identifiquen el entorno en las que se desarrollan y cómo estás pueden ser beneficiosas y no por el contrario una muralla para nuestro desenvolvimiento.
Los nervios que vienen ligados al temor o la duda han sido uno de mis mayores retos, y más por lo que implica mi profesión, como violinista me expongo frecuentemente aún público, aún trabajo en esta parte de mis emociones pero puedo decir que aveces son inevitables pero he sabido usarlos a mi favor por la carga de adrenalina que esta inyecta en la sangre.
Este tema si duda da para mucho más, podríamos pasar días sólo hablando de esto sin parar y aún así nos faltaría algo de tiempo.
Un abrazo, gracias por compartirnos este post.