Excesos de como Dios nos trajo al Mundo

El mundo se está desmoronando, pero pocos se dan cuenta. En uno de sus pedacitos está mi visión de cómo se están agrietando las identidades de las personas, por lo que existe una devaluación del ser humano, de las artes y de la cultura.

Y como precisamente el arte del desnudo es parte de ese deterioro, pues, también se está viendo afectando su valor, al encontrarse en tantos rincones web y redes sociales, donde la gente desfila sin sentido exponiendo su piel, o al menos sin tener claro el propósito de por qué y para qué mostrarse con excesos de como Dios nos trajo al mundo.

El "emprendimiento", "empoderamiento sexual", la vanidad, el narcisismo y muchos otros factores, pero específicamente estos que he mencionado, han hecho que los cuerpos desnudos sean relativamente más fáciles de obtener, consumir y analizar.

Esto es algo que no viene de ahora; la era digital suponía que parte de la humanidad perdiera precisamente eso, su lado humano, y que cayeran rendidos ante la libertad que les dio el mal libre albedrío junto con el despropósito de "comercializar" la piel a los espectadores por un corazón que dice que eres del agrado de alguien más. El dinero también es otra dádiva que reciben.

La gente puede hacer lo que les plazca, sí, siempre ha sido así, el problema según mi forma de ver las cosas, es que lo escatológico dejó de tener su cualidad de reserva y todo lo que hay en la web está inundado de pieles que buscan una alabanza vacía.

Es así que, según mi visión, esto ha ido afectando el valor del desnudo. Por ejemplo, cuando Marilyn Monroe se desnudó, ella no era famosa, de hecho, lo hizo antes de serlo y tiempo después el fotógrafo, al ver que ella protagonizaba varias películas, comenzó a vender esas fotos.

Ahorita la mayoría son como Marilyn y como ese fotógrafo, solo pretenden la fama y el dinero, pero sin saber qué toda acción tiene una reacción. Yo me pregunto si saben el lado amargo de la fama, de ser virales y de que los vean como una mercancía y no como una obra de arte.

Podrías tomarte un segundo antes de quitarte la ropa ante el público y decirte a ti mismo o misma, ¿con qué propósito te desnudas? No es tan importante el por qué, ni el para qué o para quién. El desnudo, a mi juicio, debe tener una intención.

Desnudarse, acto que era privado o para privilegiados por nexo, afecto, medicina, o religión, ha pasado a ser algo casi que público y eso me preocupa, porque cuando todos lo pueden hacer, cuando no existe pena al desnudarse al publico, la controversia se fuga y como todos pueden y lo hacen, serán menos los excepcionales y que "valgan" realmente algo.

Yo, Miguel Mederico, al ser alguien que está trabajando su identidad en el arte del desnudo, veo con desilusión esto, porque yo soy un irreverente que no quiere parecerse a nadie, pero resulta que ahora esos "nadie" son en verdad todos Por ello, debo buscar algo mucho más diferente a ese batallón del resto que trabajan por ser distinto y ya a esta altura están siendo comunes.

Sinceramente, no sé si me he explicado, pero tengo días pensado sobre el tema. Creo que esta reflexión da para escribir un libro, pero por ahora lo dejo por acá.

Cierro anunciando que debido a estos pensare, además del tema del Corona Virus y el de la gasolina, ha demorado mis nuevos trabajos, porque el arte muta y recobra valor o se deprecia por fenómenos sociales de esta índole, donde la desnudez ya no es tan controvertida, sin embargo, el arte comienza a parecerse y a aparecerse en la gente que "vende", de alguna forma, su piel por las redes.

Yo sigo alejándome de los estereotipos y ando en busca de temas muy raros y de escenarios mucho más sin sentido, para seguir confeccionando mis fotos y estructurando el arte que pretendo forjar con los temas, denuncias, protestas, de las imágenes que trabajaré, porque si existe algo que detesto es ser alguien común y corriente.