Concurso de literatura La Abeja Obrera / Ahora Bello me pesa con su peso

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Andrés Bello



AHORA BELLO ME PESA CON SU PESO

     Me es difícil hablar de Andrés Bello con tanta distancia de por medio. Yo nací en Venezuela hace apenas 21 años, hace tan poco y él sigue tan desconocido para todos. En la escuela nos dijeron que fue uno de los maestros del Libertador; con ese dato han crecido tantas generaciones de venezolanos y con ese mismo han muerto, llenando los cementerios de nada.
     Me es difícil decir algo serio, ahorita, pero igual me pasó hace siete años cuando la profesora de Castellano y Literatura nos pidió que inventáramos un cuento de Andrés Bello. Recuerdo que inventé una mala historia, tan mala que jamás volví a recordarla.
     Si ahora me pidieran lo mismo, diría que Bello fue una especie de San Cristóbal, el santo patrón de los viajeros; cuya leyenda cuenta que cargó a Cristo en sus hombros para ayudarlo a atravesar un río.
     Bello se echó al hombro el Continente Americano y se lo trajo a Londres, lo ayudó a atravesar un océano; le empezó a buscar forma, en la poesía, en la gramática, en la filosofía, en la jurisprudencia; la forma de Bello para ese “Nuevo Continente” la buscó en la formación, por eso fundó la universidad de Chile, para que las formas de las luces, del conocimiento, se multiplicaran, no como un milagro, sino como una razón para preparar el presente y enfrentar el futuro.
     Diría que Bello buscó lo americano, que invitó a esa búsqueda; a la poesía invitó a que dejara la “culta Europa” para que viniera al mundo que Colón había descubierto, a ese escenario que estaba servido de nuevos cielos, de majestuosos ríos, de naturaleza indomable. También invitó al orden, al conocimiento, al idioma, para que hablara como nosotros, como americanos y en eso se le fue su vida, en sembrar para que todo el Continente cosechara después.
     Pero esta historia que ahora cuento está incompleta, no ha llegado al final, porque a Venezuela se le siguen muriendo los hijos afuera y los otros, los hijos canallas, se apoderan de ella. Yo misma estoy lejos de casa y en mi hombro traje mi parte del olvido, fue necesario que me convocaran para salirme un rato de esa negligencia; ahora Bello me pesa con su peso, me pesa este trasnocho de estudiarlo, esta necesidad de cosecharlo en la forma educativa que el vio para la América.



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Mi participación en el concurso de literatura La Abeja Obrera. Un intento de ensayo reflexivo.

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