Ella iniciaba su camino en el mundo literario, él era ya un escritor de renombre al que un buen día llegaron algunos textos; despertando sensaciones y sentimientos que la cotidianidad y el tiempo habían dejado tirados en algún rincón de su biblioteca. Con profundo respeto por la esencia de aquellos escritos se atrevió a hacerle algunas sugerencias y fue así como surgió esa extraña y mágica relación, ese intercambio de inquietudes e intereses, ese estrecho lazo espiritual.
Él descubriría del otro lado a una escritora en potencia, un diamante en bruto. Ella se encontraba fascinada que aquel "Señor de letras" se tomará el tiempo de leer sus escritos; la manera sutil y delicada de corregirle, de presentarle nuevos recursos, autores y poetas, la hacían emocionarse cada día más. Soñaba con ser reconocida como una gran escritora; consciente que aún estaba lejos de ser como quién sin pretenderlo se había convertido en su mentor.
Y allí estaba, ansiosa por conectarse y enviar sus últimos escritos a su maestro; eso había pasado a ser ese hombre para ella: un maestro... Mientras del otro lado, el poeta leía emocionado las historias que aquella fémina había tenido a bien enviarle; sintiéndose nuevamente útil, vivo y honrado de formar parte de esa historia.
Una historia que ante los ojos del mundo podía ser mal vista, pero que no les importaba; ellos sabían que solo los unía la pasión por la poesía y el mundo de las letras, y para ambos eso era más que suficiente. Ella, la aprendiz, ávida de conocimientos y experiencias generosamente ofrecidas por aquel hombre que ahora era su guía, referente e inspiración; ella la que se había transformado en el despertar y las ganas de continuar de aquel viejo escritor. Una historia que apenas iniciaba...
@oscarina
Mi participación en el concurso :
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