Concurso de Literatura La Abeja Obrera || El Pacto

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La tierra de esos caminos es terca como el ganado que la trilla, rojita como el sol de los venados, se pega al sudor de la piel y se encarama en las alpargatas. El sol del medio día no mejora el asunto para Manuel o Manuelote, como le dicen sus paisanos de Parapara, quien aprovecha la sombra de un caro para sacar una mascada de chimó.

No ha terminado de terciarse el mapire cuando un hombre que se ve minúsculo al acercarse a Manuelote le pregunta.

_ Oiga paisita por ahi pa' lla se llega a Parapara de Ortiz no es verda?

Manuelote lo mira, entrecejo fruncido, escupiendo a un lado antes de responder.

_ Mire por esa carretera de tierra pa' lla esta Parapara y si sigue caminando, un poquitico más, se encuentra Ortíz.

Dijo Manuelote.

_ Ta gueno pues dijo el hombre y arrancó su caminata bajo el mismo sol dejando un gracias regado en el camino.

Manuelote se sienta en una piedra bajo aquel caro dándole ventaja al paisita.

Esa tarde en Parapara, ya sin sol pero con el mismo calor, Manuelote llegó a la cantina del pueblo a buscar un buche de caña, entró directo al tendero casi sin saludar, no es que fuera él conocido por lo sociable, mientras pedía su caña notó un bullicio en una de las esquinas del bar.

Manuelote se acercó y vio al paisita jugando una partida de dominó contra tres, tenía las piedras destapadas y soltaba piedras al voleo mientras fumaba y conversaba con los que tenía más cerca.

_ Trancao.
Dijo cuadrando a blanco mientras masticaba el tabaco de medio lado.

_ Tú catire tienes 14 tantos, tú 10 y a ti compa el catire te mató la cochina.

Dijo mientras recogía las monedas de la mesa. Y volteándose hacia Manuelote.

_ Paisita a ti te estaba esperando, sombreaste mucho en aquel caro.

No había terminado de hablar cuando ya se dirigía al patio, donde terminaban el último tiro de bolas, haciendo una seña a Manuelote que lo siguiera mientras se calzaba el sombrero.

Al llegar al fondo del patio le extiende un tabaco el paisita a Manuelote, este responde sacando su chakarita de chimó. Sonríe el paisita y dice.

_ Si sabe usted compi que hay quienes nacen con un don, si es verdaita que la mayoría nace atravesao, pero a veces nace alguno enmantillao.

Sigue el paisita, prendiendo el tabaco rechazado por Manuelote.

_ No es mal de morise, un hombre con su porte puede ir al río a cierta alta hora de la noche, una taparita de pólvora, unos velones y algún animalito que no sea de come, eso si compi, meta guáramo en el mapire ese pa que no se asuste con el aparato que va a ver. Si aguanta pacta y pide el don que le negaron al nacé.

Dijo el paisita cuando ya entrada la noche, a oscuras, la llama del tabaco le alumbra una extraña sonrisa.

Fin




Textos de mi autoría, imagen cortesía de Pixabay imagen de cierre es un diseño en Canvas de imagen propia

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