Uno de los grandes retos como hombres es aprender a amar de forma genuina a nuestras esposas. Es una constante lucha en la que nos preguntamos qué debemos hacer y cómo lo debemos hacer.Es,a todas luces, una batalla constante contra nosotros mismos. Aprender a morir a nuestras necesidades para vivir por las de otras personas pero ¿Es esto amor verdadero?.
Hoy quiero contarles mi experiencia. Conocí a mi esposa en el 2015 y han sido unos años maravillosos en los que,como en todo en la vida, he experimentado altibajos. Me enamoré de una mujer que, cambió, en muchos aspectos, dentro del matrimonio y eso hizo que nuestra relación y nuestro comportamiento también fuera cambiando. Aprendí a amarla con piedad y misericordia y el amor con el que llegué al altar fue cambiando y siendo transformado en amor genuino.
No les voy mentir. El matrimonio no es sencillo; sin embargo, hay una forma de hacerlo un poco más fácil de llevar. Hombres escuchen a sus esposas y ayuden a formar en ellas un carácter piadoso. No es sencillo pero el primer paso para hacerlo es aprender a a escuchar. Cuiden a su pareja como a su propio cuerpo y procuren no lastimar sus sentimientos.
Mujeres también tienen un reto importante. Ayuden a sus esposos a poder completar los objetivos que tienen en sus vidas. Sean ese brazo de apoyo en el que el hombre corre cada vez que siente que las fuerzas fallan. De esa forma podrán ayudar al hombre a ser un mejor esposo.
