Foto editada con PhotoScape y Canva.
¡Hola mi gente hermosa! Después de una prolongada ausencia, he regresado para compartir mis recuerdos de vida con ustedes.
Hablar de un momento en particular que haya marcado mi infancia o mi vida, es difícil porque cuando le doy un vistazo al pasado, todo lo que recuerdo es hermoso. Hasta las caídas estrepitosas mientras corría como loca persiguiendo a alguno de mis primos o ellos persiguiéndome a mí, aquellos moretones que me salían y el inminente llanto, son momentos que recuerdo con infinito amor, porque siempre algún adulto, nos consolaba mientras colocaba en la herida aquel terrible medicamento llamado "Merthiolate" ¿Quién se acuerda? 😂😂😂 Era horriiiiiibleeee... Veíamos literalmente al diablo!!
Fue definitivamente, un pasado muy feliz, lleno de tan gratos momentos que aunque los años vayan pasando, siempre van a estar en mi corazón.
Por eso es que se me hace tan difícil hablar de algún momento en especial. Por ejemplo, recuerdo cuando mamá se iba de viaje con mis hermanos mayores y a papá no le gustaba mucho salir, cuando el viaje era por carretera, por lo que me dejaban con él, en primer lugar, por ser la más pequeña y en segundo lugar, porque yo me mareaba mucho en el carro.
Mi prima Jeannette y yo, en una lancha hacia La Restinga, Margarita.
Así que esos días, papá solía despertarme llevándome una tacita de café con leche a la cama, mientras me cantaba:
"Buenos días mi hermosa princesa Doña Ali,
a despertar que el sol espera por ti para poder brillar."
¿Puede haber algo más hermoso que esto? ¿Sentirse una persona tan amada y feliz, al ser despertada con tanto amor?
Después mi papá me tenía el desayuno listo. Luego, me bañaba y él procedía a desenredar mi cabello porque jamás me ha gustado peinarme; me hacía coletas y me llevaba al parque, al cine, al zoológico, al parque de diversiones..., papá siempre tenía un plan maravilloso para los dos.
En mis vacaciones de colegio, siempre teníamos permiso de pasar muchos días en Valencia, en casa de mis tíos y nuestros cinco primos. Eran los días más felices de nuestras vidas. Eran días de diversión, de juegos, de carreras, de idas a la montaña a acampar, pues mis primos eran scouts y siempre había algún divertido y genial plan.
Mis tíos nos llevaban a la playa a veces, a 7 incansables niños; él tenía una camioneta pick up y nos montaban a todos atrás. Era demasiado espectacular.
Dos momentos de mi niñez.
Las Navidades y Año Nuevo, eran momentos igual de hermosos. Siempre juntos aquel gentío, riendo, celebrando, con mucha comida y a los pies del árbol de Navidad, reposaba aquella pila de regalos de todos los tamaños. Era emocionante.
Otro recuerdo que invade mi mente con frecuencia, es de esos días en que volvía del colegio. Yo estudiaba en el turno de la tarde. Cuando llegaba a casa, el aroma de las arepitas en el fogón penetraba por mis cinco sentidos, mientras se escuchaba en el viejo televisor, transmitiendo Los Picapiedra. Era otro de mis momentos favoritos del día.
Recuerdo que me duchaba con rapidez porque no podía perderme los capítulos de Hechizada y Mi Bella Genio que seguían después de Los Picapiedra.
Nuestros viajes a nuestra amada isla de Margarita... aaahhh... cuántos recuerdos preciosos...!
Dando este vistazo al pasado, me doy cuenta de dos cosas:
1- Que no tenemos poder alguno sobre el futuro. Que hoy estamos todos y mañana, ¿Quién sabe? Poco a poco los pilares de nuestra familia, han ido desapareciendo para irse al cielo; otros han envejecido mucho y los que antes éramos chicos, ahora somos adultos y estamos regados por todo el mundo, buscando un mejor futuro para nuestros hijos y para nosotros mismos.
2- Que debemos aprender a dar gracias al universo, a Dios y a la vida, porque esos espacios, esas sillas ahora vacías, nos dejaron un hermoso legado de amor, de unión y hay que honrarlos a cada uno de ellos. Y que en lugar de enfocarnos en las sillas vacías, debemos poner nuestra mente y corazón a las que aún están llenas.
Yo agradezco muchísimo, desde lo más profundo de mis entrañas, por los abuelos y los padres que tuve, por los tíos y primos que aún tengo. Nada se compara con el amor por la familia; no hay nada más cerca del amor sublime de Dios, que la familia.
Esta ha sido mi entrada al concurso de las hermosas mujeres de @ondapositiva, conformado por @marybellrg, @sacra97, @elizabeths14 y @mafalda2018, quienes están celebrando su primer añito de vida y deseándoles de todo corazón que sigan muchos años más, con abundancia, amor y felicidad.
Con un inmenso ¡GRACIAS TOTALES! spanish cierro mi publicación.
Tu siempre amiga,
