Fotografia
**La princesa japonesa**
La princesa estaba triste,
Mas sus ojos secos ya.
Su voluntad es la que insiste
En luchar por la verdad.
Ya ha llorado ella bastante
lamentando la traición
De su consorte inconstante
Que confundió su pasión
Su reino espera de ella
Con muy gran preocupación
Que dirija en la batalla
Y defienda la nación.
Yo, crucé por estos mares
capitán de legionarios.
Vine de otros parajes
Trayendo mis mercenarios.
Pensé por un precio justo
A este pueblo yo ayudar;
expulsar a lo intrusos
Y partir a otro lugar.
Pero aquí yo ví esos ojos
Que me hicieron olvidar
Todos mis viejos antojos
Y deseos de viajar.
Las olas de sus cabellos
Aplacaron mi dolor.
Por su luz y por ser bellos
Mirarlos me da calor.
Las pecas, constelación
En piel blanca japonesa
Hacen perder la razón
Y a mí, hasta la cabeza.
Las tropas de la princesa
Nerviosas por esperar
Miraban la niebla espesa
Preparándose a luchar.
La tristeza de su reina
No los dejaba pensar
El peso de su gran pena
Quitaba fuerza al luchar.
Ella en su yegua blanca
Al frente de formación
Les hablaba en lengua franca
Inspirándoles la acción.
A lo lejos en la niebla
al enemigo escuchaba
Resonando las trompetas
Los tambores retumbaban
A mi caballo espolié
Ubicándome a su lado
Explicando yo intenté
Que mi amor me había hechizado.
La princesa, mas valiente
Sonrió con alegría
Con sus labios delirantes
Me besó, sorpresa mía!
Un brillo sin precedentes
A la llanura invadió
El amor incandescente
A la niebla disipó.
Las tropas con alegría
Aplaudieron nuestro beso
Las espadas se alzarían
Deshaciéndose del peso.
El enemigo asustado
A sus tambores calló
Corrieron a todos lados
Y hasta alguno resbaló.
Ya habría paz en el reino
Del Japón y por sus mares,
La luz del amor sincero
Dará consuelo a raudales.
La sonrisa de mi reina
Y sus ojos bien rasgados
Alejan todas mis penas
Que de hecho ya he olvidado.
Quiero verla sonreír,
Que siempre pueda brillar
Que cabalgue ella feliz
Que nos podamos amar.
Es una estrella el amor
que da valor y que alumbra
Para los buenos, valor
A los malos les asusta.
Nunca más desde aquel tiempo
A esa tierra yo dejé
La japonesa que tengo...
Es mi dueña, yo lo sé.
Fotografía realizada con el movil de Anais, un Samsung Note 20 Ultra 5G