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El Búnker, nuevo performance de La Caja Negra.

En la sede de la filial de la Asociación Hermanos Sáiz de Santiago de Cuba, el grupo de experimentación escénica La Caja Negra está teniendo una temporada de estrenos. Entre las dos nuevas propuestas que traen, se encuentra el ejercicio de performance "El Búnker", creado y dirigido por el propio director de la agrupación, Juan Edilberto Sosa.

Esta representación nació de un anterior ejercicio de performance y fotografía, protagonizado por Ricell Rivero durante el periodo de la pandemia de la COVID-19. Vemos, pues, este vestuario elaborado a partir de elementos reciclados, que asemejan una máscara de gas propia de algún viajero en un mundo distópico (que prácticamente era así como uno vivía en aquellos momentos). Saber esto es básico para comprender de qué va el performance.

Actualmente quien protagoniza el espacio es el actor Fabio Santino. Al espectador se le hace entrar en una oficina que ha sido adaptada para la representación. En escenografía tenemos una casa de campaña situada en el centro, con elementos que recuerdan un hogar (un televisor, varios libros, una botella de ron y otros elementos). También, fuera de ahí, hay una clase de disco con otros elementos de menor formato. La única iluminación es proporcionada por luces de color azul.

En el performance no media el texto. Esto es un elemento que ya Juan, como director, ha trabajado en otros performances, ya que obliga al espectador a sacar sus propias conclusiones de lo que está sucediendo. El actor va interactuando con los elementos mientras se escucha vagamente música de fondo. Al parecer está intentando conocer el mundo exterior fuera de su hogar. Tiene un ataque de pánico cuando enciende una vela y podemos escuchar el miedo en los gimoteos que hace. Luego regresa, como un niño, descubriendo las cosas que están en el disco sobre el suelo. Tras varios minutos de movimientos torpes, apaga la vela con cierto nivel de violencia. Solo entonces se adentra en la casa. Enciende el TV, abrazs un oso de peluche, deja fuera la botella de ron, y por último cierra las cortinas. Luego, un productor abre las puertas de la oficina oara indicar que ya el performance ha acabado.

Esta obra puede tener un significado muy profundo o puede parecer una burla, dependiendo del nivel de sugestión de quien la observe. Es interesante como aún sabiendo esto La Caja Negra se atreve a jugar con estos elementos, mostrando su trabajo para que solo el público lo ponga en tela de juicio. Precisamente por no regirse por los convencionalismos son quizás el grupo de teatro más conocido por jóvenes en Santiago de Cuba, quedando demostrado que siempre es bueno apostar por el arte local.

Durante la obra está prohibido usar los celulares. Las fotos aquí publicadas fueron tomadas del perfil oficial de La Caja Negra en Facebook .

Espero que este post haya sido de su agrado.
¡Hasta la próxima!

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