Ahora que se han dedicado a seguirme, me preocupo más por mi supervivencia, todos me atacan, algunos hacen comentarios acerca de la forma de mi cabeza, yo ignoro por completo cómo la tengo, solo sé que soy muy delgada y puedo escabullirme sin ser vista.
He bajado por el cerro, he rasgado mi piel, ayer pude ver a don Luis Cornieles meterle candela a un viejo sembradío de frijoles. ¡Ignorante! ¡Ingrato! Aún cree que eso mejorará los próximos cultivos. El viento cambió su dirección y Don Luis por poco se va rodando cerro abajo, su obra creció, la candela se metió ávida por cuanto resquicio pudo en el majestuoso cerro, este se fue pintando de amarillo y naranja: antes verde, ahora negro, líneas de fuego serpenteaban como yo.
Los pájaros volaron, nubes de pericos se dispersaron con su estridente chillido. Yo solo miraba a don Luis, quien se quitó la camisa, se mesó los cabellos y fue corriendo como pudo, a sentarse al frente de su casa a ver su desastre. La gente comenta que el sol y el calor son los responsables, es más fácil voltear la cara, que asumir lo que el pensamiento colectivo ya sabe. Nadie quiere aprovechar esa candela y meter más leña acusando a alguien.
Dormirán con el aire viciado, mañana barreran las pavesas, resignados, y esperarán que las lluvias vuelvan a trazar sus tonos de verde con anchas y precisas pinceladas en la falda del cerro.
Mi piel arde y se desprende por partes, no moriré esta vez tampoco, conozco los secretos de mi cuerpo, sé camuflarme y ser testigo silente de las intrigas y coartadas de los demás. Esta noche podría dormir detrás de la lavadora vieja, arrumada en el patio de don Cornieles, aunque mejor no, porque la noche es corta y mi cuerpo largo.
Mis crías estarán huyendo, tienen mi herencia y fortaleza, se reproducirán como el mal pensamiento. La señora Cornieles mastica un palillo de dientes hace rato, recostada de la puerta de la cocina, de su cabello salen hilos de fuego que delatan su complicidad obligatoria, suben por las paredes, se asoman por las ventanas, las vecinas los miran y cuchichean entre ellas, con sus suspicacias pirotécnicas, pero no dicen nada. Ella está cansada del autoritario gruñón que quemó también su vientre.
El cerro se incendia por la negligencia humana, extrañamente algunas plantas se resisten a la quema, pregonan con sus flores la fuerza del amor. A nadie parece importarle lo que la naturaleza clama..
Todo cambia, yo también lo hice, mi esencia no es el mal, pero detrás de él podrá seguí el bien. Don Cornieles duerme, hay calor en la habitación, su respiración es entrecortada, podría recostarme a su lado sin tocarlo, pero mi piel fría podría alertarle y estaría definida mi suerte; ahora ronca ruidosamente, la señora está sentada a su lado masticando otro palillo de dientes, este podría ser el momento de mi mordida, no sé la forma de mi cabeza, pero sé de mi poder, es ahora o nunca; la mujer obesa se abalanza con una almohada y se tira sobre él, mi impulso se paraliza, el hombre manotea y muy rápidamente deja caer los brazos a ambos lados del cuerpo, la mujer se queda encima un largo rato, mientras yo, en un acto irreverente y necesario ejerzo mi solidaridad inmediata, completo mi muda de piel, dejo allí encima de la almohada mi malograda capa exterior y me retiro en silencio. Ya mañana las otras lenguas del barrio harán sus propias conjeturas.
Esta es mi participación para el Concurso de Literatura para Hispanohablantes, promovido por @hivecuba, “Tinta Imaginaria”, dedicado a Lo Real Maravilloso. Interesados por favor leer más aquí. Deseo invitar a @aplausos y @sacra97.
Mi contenido es original
Imagen propia
He utilizado el traductor DeepL.
English Version
Now that they have dedicated themselves to following me, I worry more about my survival, everyone attacks me, some make comments about the shape of my head, I completely ignore how I have it, I only know that I am very thin and I can sneak without being seen.
I have gone down the hill, I have torn my skin, yesterday I could see Don Luis Cornieles burning an old bean field. Ignorant! Ungrateful! He still thinks it will improve the next crops. The wind changed its direction and Don Luis almost went rolling down the hill, his work grew, the candle went greedily through every crack it could in the majestic hill, this was painted yellow and orange: before green, now black, lines of fire snaked like me.
Birds flew, clouds of parakeets dispersed with their shrill screeching. I just looked at don Luis, who took off his shirt, brushed his hair and ran as fast as he could, to sit in front of his house to watch his mess. People say that the sun and the heat are responsible, it is easier to turn away than to assume what the collective thought already knows. No one wants to take advantage of the fire and add fuel to the fire by accusing someone.
They will sleep with the foul air, tomorrow they will sweep away the sparks, resigned, and wait for the rains to trace their shades of green with wide and precise brushstrokes on the hillside.
My skin burns and peels off in pieces, I will not die this time either, I know the secrets of my body, I know how to camouflage myself and be a silent witness to the intrigues and alibis of others. Tonight I could sleep behind the old washing machine, piled up in Don Cornieles' yard, but I'd better not, because the night is short and my body is long.
My offspring will be on the run, they have my heritage and strength, they will reproduce like evil thought. Mrs. Cornieles has been chewing on a toothpick for a while, leaning against the kitchen door, threads of fire come out of her hair that betray her obligatory complicity, they go up the walls, they lean out of the windows, the neighbors look at them and whisper among themselves, with their pyrotechnic suspicions, but they say nothing. She is tired of the grumpy authoritarian who burned her belly too.
The hill is on fire because of human negligence, strangely some plants resist the burning, proclaiming with their flowers the strength of love. Nobody seems to care about what nature cries out...
Everything changes, I did it too, my essence is not evil, but behind it may follow the good. Don Cornieles sleeps, there is heat in the room, his breathing is choppy, I could lie down next to him without touching him, but my cold skin could alert him and I would be defined my fate; now he snores loudly, the lady is sitting next to him chewing another toothpick, this could be the moment of my bite, I don't know the shape of my head, but I know my power, it's now or never; the obese woman pounces with a pillow and throws herself on him, my impulse is paralyzed, the man paws and very quickly drops his arms on both sides of his body, the woman stays on top of him for a long time, while I, in an irreverent and necessary act, exercise my immediate solidarity, complete my skin change, leave there on the pillow my ill-fated outer layer and withdraw in silence. Tomorrow the other tongues of the neighborhood will make their own conjectures.
This is my entry for the Literature Contest for Spanish Speakers, promoted by @hivecuba, "Tinta Imaginaria", dedicated to Lo Real Maravilloso. Interested please read more here. I would like to invite @aplausos and @sacra97.
My content is original
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I used the translator DeepL.