God of War II

 God of War II es un videojuego para Playstation 2 del 2007, creado por SCEA y distribuido por Sony. Es la secuela de God of War: Ghost of Sparta y antecesor de God of War III. Es el 6º juego en cuanto a la cronología de la serie. 

 

 Kratos ya es un Dios de la Guerra a los ojos de los espartanos, pero su posición nunca ha gustado a otros dioses. El juego comienza con él en el trono, escuchando una petición de un general que lo invoca en una guerra por la "la gloria de Esparta". Aunque Atenea le advierte que no debe destruir la ciudad o ya no contará con su protección, Kratos decide intervenir y cae como un meteorito en Rodas. Su poder de Dios es inmenso, al igual que su tamaño, pero aparece un ave que le quita la mayor parte de sus dones divinos y a la vez da vida al famoso Coloso, una estatua de bronce que estaba en construcción. 

 Kratos se enfrenta con el Coloso, atacando tanto su exterior como el interior, pero la batalla es desigual y la magia que mantiene vivo a la estatua no desaparece. Llega Zeus, en principio para ayudar, que entrega de la Espada del Olimpo, la misma que se utilizó para derrotar a los titanes. Kratos la acepta no muy confiado pero sabiendo que la necesita para destruir al Coloso. Para utilizarla, debe transmitir sus poderes restantes al arma, algo que hace, y con ella, acaba con la figura metálica –aunque queda malherido cuando una de sus manos cae sobre él-. Antes de alcanzar la espada y recuperar su fuerza, el pájaro blanco aparece y se transforma en Zeus, descubriendo su plan: amenaza a Kratos para que le muestre lealtad o le matará. El Fantasma de Esparta es conocido por no dar su brazo a torcer y, con la poca vida que le queda, se niega. Zeus entonces atraviesa el torso de Kratos y lo mata, así como a todos los guerreros que se encontraban en batalla.Tras rememorar una vez más su crimen –el asesinato de esposa e hija-, se presenta el tercer bando en esta saga: los titanes. Es Gaia, que como el resto de titanes, no se lleva precisamente bien con los dioses del Olimpo. Le ofrece salir del inframundo y le da una vital información: Zeus sólo puede morir bajo la Espada del Olimpo. Para consumar esta venganza es necesaria una tarea complicada pero no imposible, viajar en el tiempo. El plan consiste en retroceder al instante anterior de su muerte, arrebatar la espada y matar a Zeus. Y para esto, se necesita utilizar el poder de las Hermanas del Destino y su telar. 

 Kratos esquiva el Hades una vez más –y no será la última- gracias a Pegaso, aunque tampoco se librará de batallas en el aire. Su siguiente paso le lleva al interior de una montaña en la que encuentra a titán Tifón –aunque sólo podemos ver su cara- y Prometeo sufriendo una tortura eterna. Sin embargo, Tifón no es muy amigable con Kratos, pero gracias a su inmovilidad no es un problema para el espartano que va aumentando sus poderes mágicos, aunque esta vez, no se los proporcionan los dioses.Poco después se deberá enfrentar a retos de ingenio en la Isla de la Creación y más tarde llegará a uno de los escenarios más imponentes de la saga, los Corceles del Tiempo. Ahí se encuentra con Teseo, un personaje legendario a favor de Zeus, que como casi todos los oponentes de Kratos, fallece en violentas circunstancias. El héroe consigue así la llave necesaria para poder avanzar en su aventura e ir recuperando poder gracias a la ayuda de más titanes, como Cronos. 

 En God of War II tiene lugar un combate muy personal para Kratos: el regreso del infierno del Rey Bárbaro. Las Hermanas del Destino, que ven con preocupación el avance del espartano, resucitan al único enemigo que llegó a doblegarle y ponerle en serios aprietos –Kratos habría muerto de no ser por Ares-. Montado en un fuerte caballo, con espíritus de su lado y una gran maza, el bárbaro se burla del protagonista con la frase "¿recuerdas ese día, espartano?". Pero Kratos es más fuerte que la última vez que se vieron, se enfrenta a su enemigo y esta vez lo derrota sin ayuda divina. Además, obtiene su característico martillo como una de las armas más contundentes del juego. 

 Kratos se enfrentará a más y más criaturas mitológicas, algo que hace de esta entrega la más numerosa en cuanto a presencia de jefes. Cerbero, Euríale –una de las tres gorgonas reinas-, o el semidios Perseo acaban machacados por la ira del Fantasma de Esparta. Sus pasos lo llevan a cruzarse con Ícaro, con el que se enfrenta. Ambos caen por un precipicio pero Kratos consigue las alas y se salva. A partir de este momento, los saltos más amplios dejarán de ser un problema. Con la caída, Kratos ha llegado al punto más inferior del mundo, que está sujetando un Atlas prácticamente fundido con la roca. La primera intención del titán, como era de esperar, es la de matar a quien lo ha encadenado, pero Kratos consigue evitar morir aplastado y explicar su plan. Para Atlas la idea de ver morir a Zeus es más fuerte que el rencor al espartano y acepta ayudarle con un nuevo poder y ascendiéndolo de vuelta a tierra firme. 

 Kratos se reencontrará con un viejo amigo, el general espartano que le invocó al inicio de este juego, que nos pone al día con lo sucedido tras la muerte del propio Kratos; Zeus atacó la ciudad de Esparta como represalia por la traición de Kratos. Por un momento el espartano duda de sus posibilidades de hacer frente al Zeus, pero la visión de su esposa que le anima a no rendirse hace cambiar su opinión. Con fuerzas renovadas, derrotará al Kraken y montará a Fénix para dirigirse a su destino final, las Hermanas del Destino. Éstas no se lo ponen fácil, y en el combate contra Átropos se entremezclan escenas vividas anteriormente –como el combate contra Ares al final del primer God of War- mientras la Hermana intenta destruir el puente-espada que Kratos debe utilizar para matar a Ares y cambiar el pasado –es decir, Ares mataría a Kratos-. Los combates contra Átropos y Láquesis son duros, pero el héroe consigue utilizar los espejos mágicos en su beneficio para salir victorioso. Aún quedará Cloto, una Hermana monstruosa y casi amorfa que conoceremos en un combate que mezcla plataformas y puzles.Tras acabar con las Hermanas, Kratos consigue desplazarse en el tiempo y llegar al instante en el que Zeus está a punto de atravesarle con la espada, algo que evita empujando al Dios y arrebatando la Espada del Olimpo. Hay una lucha entre ambos que Kratos gana y esta vez es él quien tiene la vida de su enemigo bajo el filo de la hoja. Justo cuando va a dar la estocada final, Atenea se interpone y recibe el golpe, momento en el que Zeus aprovecha para huir. 

 

Atenea entonces hace la gran revelación de la saga: Kratos es hijo de Zeus. Dada la progenie del Dios en la mitología, tampoco suena descabellado. Zeus teme que su hijo acabe con él tal y como Zeus hizo con Cronos y éste con Urano. El espartano no se tranquiliza, al contrario, se da cuenta de que todo el Olimpo intentará defender a Zeus para evitar su destrucción, y por lo tanto, tiene a todos los dioses en su contra. Kratos vuelve a la cámara de los hilos, regresa a la batalla entre dioses y titanes, explica la situación a Gaia y rescata a todos los titanes para contar con ellos como aliados, pues todos comparten el mismo odio hacia Zeus. Con esto, la escena final del juego termina mostrando la escalada de los titanes a la montaña del Olimpo y a Kratos sobre Gaia lanzando una amenaza directa: "Zeus, tu hijo ha vuelto y trae la destrucción del Olimpo".

 

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