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Es comprensible que Kerry se desanime por el pronóstico, y cuatro meses después, todavía no ha llegado a un acuerdo con los resultados del examen. Sus severos niveles de infelicidad culminan en depresión clínica: está perpetuamente infeliz y cansada; ha perdido toda motivación para llevar a cabo incluso las tareas cotidianas mundanas; y no encuentra placer en las cosas que normalmente la hacen feliz (anhedonia).
La pérdida de sus dos bebés en el pasado parece estar constantemente en su mente y mantiene escaneos de los embriones que servirían como un constante recordatorio negativo. El hecho de que haya nombrado a estas dos crías (Jordana y Caitlin) muestra la profundidad del apego que siente por ellas. Además, parece que ha perdido a su padre recientemente, todos estos son disparadores de libros de texto para la depresión clínica.
Usando la clasificación DSM-1 de las enfermedades de salud mental, la depresión de Kerry se clasificaría como grave, ya que confiesa haber tenido pensamientos suicidas.
Es un hecho bien conocido que las madres deprimidas tienen dificultades para responder a las necesidades de sus hijos. En un intento pobre de disciplinar a su niño pequeño, Kerry intenta implementar reglas de educación estrictas que a menudo no son adecuadas para la fase de desarrollo de Eaton.
Esto está claramente corroborado por la evidencia del desarrollo atrofiado correspondiente de Eaton. Sin embargo, se ve al niño esforzándose por obedecer a su madre, rebelándose a la temida hora de acostarse, etc., mostrando así signos de su primera batalla por la independencia a los dieciocho meses.
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To be continued,
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