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Fotografía y Poesía en Parque Los Caobos,

La estatua de la fuente, de rasgos caribes y con porte de cacique, fue esculpida por Francisco Narvaez, se siente en plenitud al lado de la nueva generación que ingenuamente se divierte bañándose en la fuente.

Para un caraqueño del centro como yo, el parque de los caobos, se hace tan común aveces, que los momentos peculiares pasan desapercibidos. Si no estuviese en mi Caracas, estos lugares, tan cotidianos, pasarían a ser nostálgicos en mi memoria.

El Parque de los Caobos, se encuentra en un sector de la ciudad llamado "Bellas Artes", abundan obras como la de la foto (Efebo de Marathon, donado por la República de Grecia), que parecen lucir solitarias y contemplan a la gente pasar, en vez de que la gente al pasar contemple tales obras.

Un par de veces me he detenido en los microespacios del parque, la voraz naturaleza tropical, nunca deja de sorprenderme, como en los rincones menos imaginados, se alinea la composición sublime del movimiento natural y crea un paisaje en el interior de otro, su delicadez posa a través del orden transformado por el hombre.

¿Que te parece que proyecte mis cicatrices al ver las del un árbol?, ¿O encuentre deseo al ver las curvas y la expresión sexual de la naturaleza, incluso después de morir? ¿Puede ser sensual la figura de los restos de un árbol e intrigar insaciablemente sus marcas al ser tocadas?

En el rincón menos pensado, el arte y la naturaleza muerta, se amalgaman, creando un ser somnoliento que descubrí entre las partes inexploradas del parque. Un elemental que representa bien su paisaje, soñando, olvidado, guardándose solo para las personas que exploren más allá de las rutas acostumbradas a pisar.

Un caballo de troya, que trae niños a bordo, jugando y divirtiéndose, el rígido concepto del "eso es para contemplar, no para jugar" se quiebra ante estas sonrisas y enérgicas ganas de vivir, me da a entender que cada regla aprendida, hace más pequeño un mundo de posibilidades.

Agua, Tierra, Aire y Fuego, coexisten y dan para el vivir, efímeros momentos que viven a través del tiempo en nuestras memorias. Me pregunto si los átomos de la piedra, guardarán en su código la energía que han presenciado y se les ha transmitido a través de la historia de los microespacios...


Las fotos presentadas fueron tomadas por mi persona, durante un taller dado por ESCINETV.