Mi primera experiencia frente a la cámara ha sido alucinante, como un niño he disfrutado, arrastrándome por el suelo, corriendo, jugando... y sobre todo aprendiendo mucho de los códigos del cine , diferentes a los del teatro, lo mejor de rodar en exteriores y en plena ciudad es ver todo el revuelo que se forma, convertirnos por un rato en la atracción de transeuntes y vecinos asomados a sus balcones.
Para rodar una escena , se hacen diferentes tomas, repeticiones a diferentes intensidades según el foco donde vaya dirigido.
Con ganas de volver a repetir.