Pasadas las nueve de la tarde se encontraban sentados frente a los más exquisitos manjares regados con el vino más excelente de la región aportando un maridaje perfecto. Conforme las copas de vino iban subiendo , el efecto en los comensales se hacía más evidente, la alegría y el jolgorio reinaba en la mesa, los camareros llenaban una y otra vez, la fiesta se iba engrandeciendo, la complicidad, las risas, las anédoctas iban sucediéndose una tras otra, el tiempo pasaba tan deprisa por el buen rato vivido, pero no se contaba con el agente extraño, entre ellos que eran muy amigos se encontraba la nueva pareja de Elia , él no era un hombre al uso, reconocido por todos por su gran destreza en el mundo de la diplomacia, caía bien a todos, era capaz de navegar entre cualquier conversación sin tener ni puta idea de lo que estaban hablando, se movía muy bien , sabía exactamente que es lo que tenía que decir en cada momento, su recia educación así lo había instruido, pero para lo que no lo habían enseñado era para gestionar esos momentos en los que el vino se transforma en verdad, donde las cartas se ponen encima de la mesa y donde los ocultos hacen su aparición , fue ahí donde comenzó la discusión , el acaloramiento por el conflicto de intereres, la división, la diversidad se hace patente y la palabra dura toma su protagonismo. La cosa se calmó porque vió sangre en los ojos y un paso atrás a veces son infinitos hacia adelante.
