En la noche oscura donde los pensamientos se convierten en pesados bloques de cemento no existe cabida para el descanso, ese run run que recorre la cabeza que no pasa inadvertida para las criaturas de la noche que aguardan sigiliosas para acechar a las presas débiles, aquellas que ya no saben que hacer para dominar el sueño, que las ha abandonado a merced de la desesperación mientras el tic tac del reloj se convierte en el aliado perfecto.
Mientras, la calle permanece en silencio, recomponiéndose del trapicheo , restableciendo el orden natural de las cosas y desconstruyendo al hábitat perfecto para las perniciosas acometidas humanas.
Esa forma en que tiene de dibujar el espectro, ese gris que aleja de la verdadera esencia y que poco a poco va minando y dejando en bandeja , cachito a cachito, semillas para el Insomnio.
Fotografía de mi autoría.