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Lunita de la mañana.
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Con tus rizos amarillos
me vas musitando adioses
después que me acompañaste
durante toda la noche,
y una blanca soledad
se me acomoda en el porche.
Pero aquí me sentaré
a esperar que nuestras voces
se entrecrucen nuevamente
entre muy cálidos roces,
y te pueda dedicar
algunos versos entonces,
lunita de la mañana
que te vas diciendo adioses.
me vas musitando adioses
después que me acompañaste
durante toda la noche,
y una blanca soledad
se me acomoda en el porche.
a esperar que nuestras voces
se entrecrucen nuevamente
entre muy cálidos roces,
y te pueda dedicar
algunos versos entonces,
lunita de la mañana
que te vas diciendo adioses.