Nuestro árbol para gatos ¡hecho en casa!



Está bien, lo aceptamos, es cierto que a veces podemos ser un poco consentidores con nuestras mascotas. Son nuestros amigos, nuestros compañeros, nuestra familia y si, queremos lo mejor para ellos, ¿qué hay de malo con eso?

El parque.


Todo comenzó un día como cualquier otro, Laura y yo, sentados en el sofá, viendo a Jhana, (su gata) echada boca arriba; pensando tal vez, en que haría si pudiera liderar el mundo (probablemente dormir y comer todo el día; no es que haya mucha diferencia con lo que hace normalmente pero, por lo menos lideraría el mundo y no solo a estos dos simples humanos).
Así que al voltear, la vi, allí, mirándome de una manera extraña, como diciéndome "haz algo para entretenerme humano, estoy aburrida"; pensé que aunque sacarla a pasear con una pechera podría ser buena idea para alguno que otro gato, estaba bastante seguro de que ella solo se echaría en el piso a mirarme raro, todos me mirarían raro. Así que hablando un poco con Laura (su madre) decidimos comenzar con ese proyecto que al final terminó llenándonos de satisfacción, un poco de orgullo y de emoción, cada vez que la veíamos interactuar con él: El parque.

Desde cero.


@kex
Comenzamos desde cero, dibujamos una especie de plano en un cuaderno, conversamos un poco sobre lo que queríamos y nos dividimos el trabajo; mi trabajo sería pues, construirlo, el suyo sería adornarlo; ella no tenía idea de lo que tenía en mi cabeza así que cuando comencé a abrirle huecos a las paredes ¡se volvió un poco loca! pero al final, todo valió la pena.



Está bien, lo haremos, pero ¿con qué?.



Nos tocó pensar en que materiales podríamos utilizar para construir este parque, y la verdad, no teníamos mucho dinero para hacerlo así que buscamos la manera más económica y ecológica que pudiéramos conseguir. Encontramos pues, algunos materiales reciclados como: Gaveras de refresco, hilo, madera, algo de pega que quedaba en la lata, mecate, y otro par de cosas que tuvimos que comprar como tornillos, lijas, alfombras, etc. Me imagino que no fue muy normal que llegáramos a las ferreterías preguntando:

"¿Tendrá una repisa que soporte a mi gata? "

Manos a la obra.



Después de unos días de ensayo y error, ¡estaba hecho! Jhana tenía por fin un nuevo parque para jugar (y para hacer un poco de ejercicio también) Laura por su lado, no podía ocultar la alegría que le daba ver a su hija jugando y poder jugar con ella; y yo, a mi me basta con verlas felices.

Conclusión.


Aunque tal vez nos hayamos "pasado un poco de la raya" con esto, hicimos algo que nos hizo felices a todos, aunque al final... siempre prefieran una caja.


Y tú ¿qué tanto consientes a tus mascotas?


H2
H3
H4
3 columns
2 columns
1 column
Join the conversation now