Me haces sentir en casa

Desde el inicio de la relación hemos dado nuestra mejor versión, haciendo las cosas bien, conociéndonos a fondo. Le entregué mi alma y mi corazón a un ser irrepetible, divertido y capaz, lleno de tanta energía que podía completarme las mías, en caso de que las perdiera totalmente. Hay momentos especiales que no imaginas soltar nunca, como escuchar sus latidos mientras me da un cálido abrazo, observarla haciendo lo que ama y riéndome de sus chistes sin sentido. Conectarte con alguien de una forma que no sabes explicar, sus ojos cafés y sus pestañas largas con dos tonos distintos, su sentido del humor y sus manos frías tocando las mías.

Te observo riéndote a carcajadas con los ojos cerrados y no quiero que pares, aún más si soy yo la razón por la que te ríes. Me ayudas a superar mis inseguridades, me miras como si fuera lo qué más quieres y me gusta imaginarlo. Cuando salimos a caminar me tomas de la mano así sólo sean 5 minutos, me abrazas a penas me ves y siento esa química especial. Te preocupas por mis inquietudes y me haces verlas pequeñas e insignificantes, has sido mi hogar desde el momento que te conocí.

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A veces nos topamos con gente que nos fractura y logran romper nuestra estabilidad emocional, la mayoría sólo pasaba, miraba y se iba. Pero ella era diferente, se quedó sanándome, uniendo cada pedazo roto poco a poco. Se convirtió en un Ángel guardián y ahí estaba yo, tratando de retribuirle todo lo que esa hermosa dama me dio.

Me enseñas cada día que lo mejor que podemos dedicarle a una persona es tiempo, pienso en las discusiones que hemos tenido y en las cosas que debemos mejorar, nunca se siente mal hacerlo por ambos. Verte cumplir tus metas se ha convertido en una de las mías, apoyándote en esos días que no puedas ver las cosas con claridad y se vuelva confuso, prometo sostener tu mano fuerte, recordarte quién eres, lo que vales y de dónde vienes.

Te ataste a mi alma.

Agradecido con Hive Blog por permitirme compartir mis relatos