Ya comenzaba a descender, blanca y brillante con varias pecas como la luna llena, el cabello negro azulado que le llegaba a la cintura, ojos negros que parecían grises, labios y cejas finos, nariz mediana y el tabique desviado, frente amplia, delgada, al igual que sus dedos, manos pequeñas, ojos somnolientos.

Odiaba con muchas ganas esos viajes tan cortos, prefería viajes un poco más largos y excitantes, con cosas nuevas por ver. Estaba molesta por que llegaba a un planeta a el cual querían hacer como una replica de un planeta ya existente en lugar, de uno nuevo. Habiendo tantísimas opciones.

De la dimensión que procedía venia con la misión de encontrar un cuerpo donde esconder, la esencia absoluta de la nada. Era extremadamente difícil encontrar un cuerpo con las condiciones óptimas para tal fin, para eso: nada mejor que un cuerpo prefabricado, posiblemente para tal fin. Por esto hace dos cuartos de giros del portal lunar, había llegado una información; que reboto del sol.

Esta información encriptada hablaba sobre un planeta que había sido destruido por un meteorito que impacto en el y que fue consumido por un sol en constante crecimiento; que no solo consumió el planeta, sino también el sistema donde brillaba. El cual en una investigación, se desarrollaba en un tiempo-espacio distinto muy anterior al impacto del meteorito, en una ramificación del tiempo, en una de sus posibles pasados.

En este planeta se creaba y estudiaba a nuevos seres, el lugar perfecto para encontrar lo que necesitaba. Llegaba para elegir el cuerpo donde ocultar la esencia absoluta de la nada. Justo al llegar sus anfitriones la recibieron; no del mejor modo, ya que acaban de enterarse que uno de los experimentos había escapado, quien sabe hace ya cuanto tiempo.

Así inicio, un fuera, de lo que habían conocido durante toda su vida.