Más que solo cronología
Ya han pasado algunos días del año en curso. Una nueva década está en desarrollo, y ahora, al haber vivido algo más que un par de ellas, logro notar con mayor facilidad por qué hemos tomado la costumbre de definirlas como eras, como épocas y generaciones, y asumir que poseen características esenciales que las definen y distinguen.
Nuevas culturas y sub-culturas se gestan todo el tiempo. Las segundas, en especial, son por lo general pasajeras, pero evolucionan y se renuevan para resurgir adaptadas a nuevos modos de pensar —algo por lo que agradezco tener la suerte de vivir esta era. Me gusta el perfil de la mentalidad moderna en estas latitudes—. Para mí es evidente que cada época tiene su propia esencia, pero siempre es posible ver exactamente la misma situación: hay una juventud motivada a generar un cambio.
El hecho variable y siempre cambiante es aquello que la nueva generación desea cambiar... Pero no realmente. Esto no es absoluto nunca- Es demasiado absurdo creer que se puede clasificar a toda una generación por una etiqueta única y esperar que no se repitan o emulen sus características en otro momento. Lo que sucede, en realidad, es que cada generación tiene un enfoque distinto sobre su mundo, uno que se retroalimenta. La lente con la que observamos está hecha de nuestro día a día. Por eso la mentalidad hegemónica en la Generación Z es muy distinta a la mentalidad de los Baby Boomers. Nuestra experiencia cotidiana es completamente diferente.
Pareciera que es natural e instintivo. Quizás tenemos una predisposición a estar inconformes. Siempre las nuevas generaciones desechan lo que no les gustaba de la generación anterior adoptan algo nuevo, por o general a causa de esa inconformidad. Esto es, por cierto, algo que no necesariamente ocurre a gran escala. Es común que cada individuo lo haga por su cuenta, y la sociedad se encarga de acentuar eso y generalizarlo.
El sexo y el género
Así como tenemos deseos de cambio también solemos imitar lo que nuestro entorno social nos dicte que es común. De esa forma, por la fuerza de dos impulsos que a simple vista deberían ser incompatibles, las generaciones adoptan una cierta identidad generalizada y toman su forma.
En el caso de esta generación que se apodera del presente, la identidad que tiene es un tanto irónica, pues uno de los aspectos más destacables de esta es que el movimiento queer toma fuerza y cada vez son más los jóvenes zoomers que cuestionan su identidad hasta el punto de desafiar su género. Esa es la gran discusión que no deja de tomar relevancia. No todos están de acuerdo, y eso es lo que le da mayor fuerza. Se crea gran polémica por la confrontación de las diversas perspectivas que se plantean.
A partir de aquí, me veo en la necesidad de aclarar que género y sexo no son lo mismo. Todavía hay unos cuantos confundidos haciendo, además, memes que solo hacen notar esta confusión y en lugar de dar risa, dan pena. Y para poder explicarlo voy a usar un método muy sencillo:
Sexo es aquello que define nuestras diferencias biológicas. Según la RAE es lo siguiente:
«Condición orgánica, masculina o femenina, de los animales y las plantas».
«Conjunto de seres pertenecientes a un mismo sexo. Sexo masculino, femenino».
Mientras que el género es lo siguiente:
«Grupo al que pertenecen los seres humanos de cada sexo, entendido este desde un punto de vista sociocultural en lugar de exclusivamente biológico».
Para entender y distinguir con mayor facilidad una cosa de la otra les presento esta imagen:
Quien conozca a estos personajes de la serie cartoon Regular Show seguramente no tendrá problemas en incluso decir sus nombres, pero alguien que nunca los haya visto podría concluir que lo que vemos en este screenshot son dos personas, antropozoomorfas y aviares, de distinto sexo.
Espera... ¿Acaso ellos tienen sexos? Pues no, no realmente. Si vamos a las definiciones que mostré justo antes notarán que lo que estos poseen género, pero no sexo en un sentido literal. Dentro de la historia tal vez lo tengan, pero son seres ficticios que ni siquiera son realmente humanos. Y lo más curioso es que sus aspectos son apenas variables. Tienen alturas similares, rasgos similares, pero cuentan con algunas diferencias puntuales que te hacen interpretar que uno es masculino y el otro femenino sin mucha más información que su aspecto.
Mientras seamos seres sexuales necesitamos distinguir entre un sexo y otro en cualquier ser que nos parezca medianamente humano, como lo son ellos. Con solo ropa y algunos detalles más, cualquiera que vea esta imagen puede entender que la mujer, Margarita, está a la derecha, y el buen Mordecai a la izquierda. No necesitamos saber si tienen cromosomas, solo lo que se supone que son por cómo se ven.
Aclarado esto, creo prudente que se explique solo un último punto. Y esto es debido para conectar este con el anterior: ¿En qué se relacionan estos tópicos? Pues bien, los estándares asimilados por cada generación, cultura local, y durante cada cierto periodo de tiempo, son increíblemente variables. Por ello no existe una definición homogénea y aplicable a toda una comunidad global de lo que fueron en determinado periodo de tiempo. De hecho, el estándar variará también de una geografía a otra, de un vecindario a otro, y de un individuo a otro... Usted puede ser millennial y no estar en lo absoluto identificado con el estereotipo que destaca en su generación.
En esta ocasión, por alguna extraña razón, el tema que ha destacado desde el inicio de la era y que parece ser precisamente el que nos hace distinguir géneros en los dibujos de Mordecai y Margarita. Tal parece que también el tiempo la hace variar. Pero particularmente en esta era, lo que muchos jóvenes parecen querer cambiar, es la percepción de lo que consideramos género. Si algo se destaca, es que se habla más que nunca de desafiar los estereotipos de género.
Pero sería un gran error pensar que esto solo destaca en esta época, lo que ha variado es la forma en la que interactuamos. La era del Internet y los smartphones no puede ser igual a la era de los 80. Eso debería ser inferible a priori. Los jóvenes hoy tienen sus particularidades y estas serán incómodas para las generaciones anteriores y viceversa.
Pero como hice énfasis anteriormente, siempre hay excepciones. Si bien es natural que busquemos distinguir claramente entre uno y otro sexo, la expresión de género no necesariamente debe coincidir con el sexo. Y esto no es algo nuevo. Desde hace mucho tiempo los roles y estereotipos de género han sido desafiados por los inconformes y soñadores, y algunos son bien conocidos.
Rock, pop y glamour
A finales de los 60 y principios de los 70 apareció en la escena musical un nuevo movimiento estético y sonoro. Luego de estética la furiosa y desaliñada del punk una nueva ola de excesos estéticos salió a la luz. Esta opulencia se ligó con aspectos andróginos, ropa vistosa y elaborados peinados. Así nació el glam rock y sus derivados, influenciados por el arte y el entorno social de Andy Warhol, muy relacionado con la cultura drag queen de la época.
Pero si bien el movimiento glam rock dio inicio hace medio siglo, el drag tiene mucho más tiempo dando vueltas por la sociedad. Desde la segunda mitad del siglo XIX existe la interpretación que hoy es más que solo una forma de arte. Ahora es una expresión, una manifestación no interpretativa sino la exposición visual honesta de la personalidad de algunos individuos.
Por su parte, Prince desarrolló su estilo propio, totalmente afeminado, pero fuera del rock. El glamour permeó toda la música popular durante un par de décadas, dejándonos un legado que siguió vivo a pesar de la decadencia de los géneros musicales que lo impulsaron.
Japón se ha unido a la partida
Aunque el glam rock como género ha dejado de ser relevante, su legado estético sigue muy presente en todo el mundo, pero en ningún lugar con tanta relevancia como en Japón. El visual kei fue la réplica que japón hizo a aquel movimiento estético que dominó una era de la escena musical. Una vez más, pero esta vez de forma más permanente, la androginia, la excentricidad y la apariencia afeminada se hizo una tendencia más destacada entre los artistas rock japoneses, pero esta vez mucho más cercano a su lado gótico.
Desde X Japan hasta The Gazzete, el visual kei tuvo y sigue teniendo gran importancia dentro de japón y su producto no deja de exportarse. Con una gran teatralidad de por medio, este movimiento parece ser demasiado atractivo para morir fácilmente. Pero mientras que en japón el rock es todavía un género sumamente mainstream, en occidente ya no es un género que tenga la fuerza que llegó a tener.
Un agente de cambio inesperado
Si me hubieran dicho hace 10 años que el reggaetón sería el género que impulsara más la ruptura con los roles tradicionales de género en Latinoamérica no lo hubiera creído, pero en retrospectiva creo que si debía pasar no podía ser de ninguna otra manera. Artistas como Bad Bunny, Maluma o J Balvin se han tomado el atrevimiento de mostrarse cómodos con apariencias tradicionalmente femeninas en más de una ocasión. Esto ocurre cuando en todos lados se discute la existencia de una nueva tendencia que parece ser crucial para finalmente romper con las cadenas que los estereotipos de género nos han impuesto por tanto tiempo.
Y es que si quieres que el mensaje llegue a la mayoría debes usar un medio que llegue hasta la mayoría. Si bien no estamos del todo al día, al menos nos mantenemos evolucionando en la dirección correcta. Latinoamérica no será un terreno sencillo, pero ya hay indicios de que se puede lograr el objetivo.
La teoría queer
Lo que en un inicio era una peculiaridad marginada y casi ignorada llegó a la escena pop y el mainstream durante un buen tiempo, y eso abrió las puertas a la posibilidad de expandir los horizontes respecto a nuestra percepción del género. Una vez que entendimos que se podía ser hombre y femenino, o mujer y masculina, y esto se hizo común, toda una serie de dudas surgieron en el feminismo que estaba sediento de un nuevo ciclo. Finalmente, en alianza con un sector del movimiento LGBT+, la tercera ola del feminismo nos trajo consigo la aplicación de la teoría queer.
¿Qué es la teoría queer?
La teoría o teorías queer son, por su etimología, aquellas que sugieren que lo raro, referido al género y la sexualidad, es tan válido como lo típico. En oposición al término straight asociado a la heterosexualidad, el término queer se refiere a todo aquello que desafía los estereotipos de género. Este inicialmente era un insulto, así como lo llegó a ser el término punk, pero su significado se ha ido haciendo dócil hasta convertirse en ocasiones en halagador. Quien es queer se nutre de libertad en la expresión pura de su personalidad y su esencia sin tomar en cuenta lo físico o biológico, sino su sentimiento consciente.
El queer surge por el entendimiento de que las cosas que asociamos a cada género no tienen mayor relación con la realidad biológica de cada individuo. Y con esta píldora roja lo que por tanto tiempo fue solo una respuesta de unos cuantos disidentes acabó convirtiéndose en la nueva forma de entender el género.
Gracias a esto, empezamos a desafiar todo lo que habíamos aprendido sobre el género. Ahora notamos que el maquillaje no tiene por qué ser exclusivo de las mujeres, las faldas las podrían usar los hombres, las mujeres pueden llevar el cabello rapado y preferir un traje y corbata en lugar de un vestido... Las posibilidades son infinitas. Ni nuestra orientación sexual ni nuestro sexo deben estar atados a alguna vestimenta en específico. Descubrimos una nueva libertad que nos habíamos negado ante el peso de los prejuicios.
He/she/they
Tras cada pequeño avance logrado, todo ha desembocado en una revolución que está en progreso. El género ya no es lo que era, ya no es binario, ya no es M o F, ahora es una gama completa, una línea continua en la cual podemos desplazarnos a nuestro antojo. Lo que fue David Bowie, Prince o lo que ha sido Tilda Swinton ahora se entiende de otra manera. El género no binario finalmente empieza a aceptarse.
Una persona no binaria rechaza los estereotipos de género y se arma una percepción de sí muy diferente a lo que tradicionalmente entendemos. Una persona no binaria puede ser hombre o mujer, puede ser transexual, puede estar cómoda con el aspecto femenino o masculino o puede hacer un mix de ambos.
Ahora puedes ser género fluido y sentirte hoy como toda una drag queen y mañana querer ser un gran prospecto masculino. Hubo muchos pioneros, muchos grandes referentes que labraron el camino. Ahora al fin esa burbuja de inconformidad explotó y se convirtió en activismo. El género ha cambiado para siempre. La era queer ha comenzado.
Referencias:
https://dle.rae.es/sexo?m=form
https://www.vogue.mx/estilo-de-vida/articulo/drag-queen-que-significa
https://visualkei.fandom.com/es/wiki/Visual_Kei
https://www.lahaine.org/est_espanol.php/ique_es_eso_de_la_teoria_queer
https://conceptodefinicion.de/genero-no-binario/
https://www.britannica.com/art/glam-rock
